lunes, 18 de junio de 2012

El Mokele-Mbembe

Hola a todos compañeros, en este artículo dirigiremos la mirada a África, especialmente en Camerún.


Los dinosaurios se extinguieron hace millones de años. Pero los habitantes de Camerún, en la curva occidental de África, continúan hablando de una enorme criatura cuadrúpeda que se parece mucho al brontosaurio.

En realidad, cuando se les muestra un dibujo de un dinosaurio parecido al brontosaurio y se les pide que lo nombren, dicen indefectiblemente que es un Mokele-Mbembe.

Se le conoce por varios nombres: mbokalemuembe y mbulu-embembe en Camerún, nyamala y amali en Gabón, mokele-mbembe ("el que detiene los ríos") en el Congo... En la República Centroafricana recibe diversos nombres: los banziris le llaman songo, los bandas, badigui ("diablo acuático"); en el distrito de Birao recibe el nombre de guanerú; en Baya se le llama diba.

También el jago-nini del Congo puede ser el mismo animal, aunque, según los nativos, se alimenta de manatíes.
En el Zambeze medio, entre Chobe y Kafue, en el suroeste de Zambia, un animal similar recibe el nombre de isiququmadevu: Es más alto que un hombre, tiene cabeza de serpiente, cuello largo y patas de lagarto, y deja un rastro de 1,5 metros de anchura.

Incluso en Madagascar se han recogido testimonios sobre un animal semejante.

¿Existen aún los Dinosaurios?

África permanece aún como un continente con un excelente hábitat para los dinosaurios ya que específicamente en el Congo, hay miles de kilómetros cuadrados de pantanos impenetrables y densa jungla que no han sido totalmente explorados.

Las regiones pantanosas del centro de África, casi inaccesibles y muy poco exploradas, no han sufrido glaciaciones ni otros grandes cambios ecológicos ni geológicos desde hace millones de años; no es por consiguiente demasiado inverosimil la hipótesis de la supervivencia de una especie de saurópodo.

Por casi 100 años se han recibido reportes desde lagunas del Congo en África central de la presencia de un monstruo conocido por los nativos como 'Mokele Mbembe', el cual se parece a un dinosaurio. Se reportan variaciones en su longitud que van desde 5 hasta 10 metros, mucho de ello conformado por su larga cola y muy largo cuello. Su cabeza y cuello son comparadas a la de una serpiente en algunos casos adornada con una cresta, pero es mucho más largo que cualquier serpiente pitón.

Las patas del 'Mokele Mbembe' son descritas como cortas, con tres uñas visibles en la parte posterior de la pata, y las huellas de las pisadas son redondas como de 30 centímetros por pisada en diámetro. El cuerpo ha sido comparado con un elefante o un hipopótamo. Se dice que se alimenta de malombo, una planta tropical trepadora lechosa y con frutas semejantes a manzanas.


Ilustración Mokele-Mbembe.


Mapa antiguo en el que se mostraba que en la zona estaba el Mokele-Mbembe.

Comportamiento

Vive en zonas pantanosas, donde pasa la mayor parte del tiempo sumergido; sólo asoma la cabeza para comer y respirar. Es herbívoro, se alimenta principalmente del malombo o chocolate de la jungla (Landolphia spp.), una planta que crece en las orillas de ríos y lagos y produce grandes frutos parecidos a la nuez. Es muy agresivoy territorial y suele atacar a los hipopótamos y cocodrilos, pero no los devora.

Los rumores señalan que emplea la cola para hacer zozobrar las canoas que caen bajo su radio de acción, para a continuación matar con saña a sus ocupantes, pero sin llegar a devorarlos. Se asegura que el animal vive en las oquedades y cavernas que forma la arcilla en las márgenes del río.

Se cuenta que en una ocasión un grupo de pigmeos consiguió matar un mokele-mbembe y que todos los que comieron su carne murieron.


Huella del Mokele-Mbembe, se pueden apreciar las marcas de sus tres uñas y el gran tamaño casi 30 centímetros de diametro.

Visto por los científicos

La sospecha de que en algunas apartadas zonas del continente africano hay un extraño y enorme animal de costumbres anfibias no es algo reciente. Uno de los grandes exploradores y cazadores del pasado siglo, Alfred Aloysius Horn, pudo ver personalmente las pisadas de un desconocido animal que los indígenas del Camerún llamaban «Jagonini», que quiere decir «el buceador gigante». "Las huellas de la bestia eran del tamaño de unas grandes sartenes, pero con tres enormes garras", cuenta este traficante y cazador, que recogió abundantes testimonios entre los nativos sobre la fiereza de la bestia.

Los primeros relatos autentificados sobre el Mokele-Mbembe fueron recogidos por el capitán Freiherr von Stein zu Lausnitz en 1913. Según su información, el animal, del tamaño de un elefante, era de color pardo grisáceo, de piel suave y cuello largo y flexible. Se decía que este extraño monstruo vivía en cuevas subacuáticas barridas por el río y que cualquier canoa que se atreviese a acercarse a ellas estaba condenada de antemano. Sin embargo, se dice que, al menos en una ocasión, una banda de pigmeos mató a una de estas criaturas y se dio un banquete con su carne. También se dijo que los que la habían comido habían enfermado y muerto.

El escritor y naturalista inglés Ivan T. Sanderson pudo ver en 1932 a esta criatura en una de sus expediciones por la pantanosa zona del río Mainyu, en el África ecuatorial occidental. Se encontraba navegando junto con sus compañeros en una zona inexplorada de este río, cuando de una cueva cercana surgió un ruido ensordecedor y, según relata él mismo, «vimos cómo algo enorme se levantó frente a nosotros, convirtiendo el agua en espuma».

La visión duró apenas unos instantes, pero fue un tiempo suficiente para que pudiesen apreciar que lo que se había levantado del agua era «la cabeza negra de un animal semejante a una enorme foca, aunque mucho más ancha que larga». Si bien el tamaño de esta cabeza -única parte del animal que pudieron contemplar- era del mismo tamaño que la de un hipopótamo adulto, la forma de la misma no tenía ningún parecido con la de este mamífero.

Tras esta visión, las dos piraguas que formaban parte de la expedición se alejaron lo más rápido posible mientras los indígenas no cesaban de gritar aterrados: «Mokele-Mbembé». Hablando más tarde con los nativos de la zona, todos coincidieron en que en esos parajes vive un terrible animal, el Mokele; un ser que pese a ser vegetariano -se alimenta de lianas- es un terrible enemigo de hipopótamos y cocodrilos que evitan pasar por la zona donde habita esta temible bestia.

En 1980, la expedición al río Likouala-aux-Herbes, en la República del Congo, de los zoólogos James Powell y Roy P. Mackal fotografió una pista abierta en la vegetación por un animal acuático (comenzaba y terminaba en el río) de unos dos metros de alto, que aparentemente arrastraba una pesada cola. En 1993, Rory Nugent fotografió un objeto acuático en el lago Télé, también en la República del Congo.

En años recientes, observadores occidentales, como el biólogo Roy Mackal, de la Universidad de Chicago, organizaron cuatro expediciones a los relativamente aislados lagos y ríos de Camerún, en busca del escurridizo animal. Aunque no se capturó ningún ejemplar, fueron vistos, fotografiados e incluso grabadas sus voces en cinta magnetofónica, animales no identificados que se parecen a los relatados por los indígenas.

Desgraciadamente, la situación política del lugar y su difícil terreno no se prestan a exploraciones improvisadas. La mayoría de los observadores occidentales están de acuerdo en que, si un dinosaurio quisiera esconderse, difícilmente habría podido elegir un lugar mejor.

Pero tal vez un día, a no tardar, los impedimentos serán superados y el mundo sabrá si alberga todavía a un resto superviviente de su remotísimo pasado.

De acuerdo a Mackal, el biólogo africano Marcelino Agnagna, dio un detallado reporte de haber visto a Mokele Mbembe en mayo de 1983 en las aguas superficiales del remoto lago Tele. Cinco metros de él era visible sobre el agua.


Posible foto del Mokele-Mbembe.

Una de las últimas exploraciones la realizó un equipo de once japoneses, entre marzo y abril de 1988, algunos de los cuales habían participado con anterioridad en otros viajes a la zona. Las marismas del lago Telle, en la misma región de Likuala, fue el terreno elegido para realizar la expedición; numerosos lugareños habían testificado sobre su contacto directo con el monstruo. Uno de ellos afirmó haberlo visto entrar en el lago apenas un mes antes, y otro, un cazador de elefantes llamado Inmanuel Mongoumelo, dice que lo vio en los ríos Sanga y Bai, que están conectados con el lago Telle. Incluso varios de los ancianos de la aldea recuerdan que, a principios de siglo, una de estas criaturas fue cazada por los pigmeos de la cercana zona de Oumé. Los expedicionarios sólo pudieron ver en una ocasión, un gran objeto negro flotando en el centro del lago, pero la niebla les impidió observar más detalles.


Posible Explicación Científica
Algunos tipos de varanos pueden tener el cuello alargado.

Quizás el mokele-mbembe exista de verdad, aunque podría tratarse de algo mucho más común y menos espectacular que un dinosaurio. En el grupo de los reptiles hay, efectivamente, especies que alcanzan un tamaño descomunal como es el caso del dragón de Komodo, un varano que, con sus 3 metros de largo, su cuello alargado y sus poderosas garras, guarda una semejanza más que pasajera con la criatura de los pantanos del Likuala. Aunque los varanos son conservadores en cuanto a su forma y proporciones, su masa corporal varia mucho.

Proporcionalmente, entre la especie más grande de varano y la más pequeña hay tanta diferencia como pueda haberla entre un ratón y un elefante. Ningún otro grupo de vertebrados muestra tanta variación en masa corporal como estos reptiles (Pianka 1995), así que la existencia de una forma realmente enorme en la cuenca del Congo no sería, ni mucho menos, un absurdo biológico.

La mayoría de los varanos son carnívoros, es cierto, pero existen dos en Filipinas que se alimentan de vegetales: Varanus mabitang, un animal que alcanza casi los dos metros de largo y que, por cierto, es frugívoro, y el varano de Grey,ligeramente mayor, que complementa su dieta a base de frutas con caracoles e insectos. ¿Es posible que existan varanos gigantes aún desconocidos en Africa central?. Ciertamente es una posibilidad a tener en cuenta, no en vano, el mismísimo dragón de Komodo, el lagarto más grande del mundo, no fue descubierto hasta 1912.

Mi opinión es que soy crítico y creo que es remota la existencia de este críptido, aunque me alegraría la existencia del mismo. Soy más de críptidos de una veracidad considerable por su tamaño o zonas, como felinos desconocidos, o aves gigantes(artículos que ya publique en mi blog) pero me gustaría compartir este artículo, que me parece interesantes los relatos.
Un saludo compañeros

domingo, 17 de junio de 2012

El Kongamato, terror africano



Las diferentes tribus nativas de África comparten un temor en común, y muchos pescadores cuentan el mismo relato tras ser atacados por una criatura similar a un Pterosaurio, un dinosaurio volador extinguido hace millones de años, que destruye sus botes. Esta es la leyenda del Kongamato, término que significa rompedor de botes. La falta de evidencias fotográficas, de vídeo e incluso de huesos o huellas parece desmentir su existencia. Pero las heridas de sus víctimas y los testigos son cientos a los largo de años.

¿Dinosaurio Extinto?

Avistamientos de esta criatura se han reportado en el pantano de Jiundu en el distrito de Mwinilunga en el oriente de Zambia, también en Angola y Congo, de igual forma ha sido visto en regiones vecinas. Las personas que hablan de este depredador aéreo lo describen como un ave gigante cuyas alas parecen ser de cuero color marrón rojizo y tiene un pico puntiagudo con muchos dientes afilados. Los nativos se asustan cuando ven la imagen de un pterodáctilo y lo identifican como el Kongamato, sin embargo no reconocen otros animales prehistóricos de los libros.

Avistamientos y testigos

En 1923, Frank Melland el autor del libro “Witchbound Africa”, describe una vida peligrosa en las laderas de ciertos ríos, donde los pescadores dicen que sus pequeños botes son atacados por la criatura, la cual se lanza contra cualquiera que entre en su terrotirio. Las descripciones varían diciendo que sus alas miden de 1 a 2 metros. Los miembros de la tribu Kaonde lo identificaron en las imágenes de un pterodáctilo que Frank les mostró.

El ingeniero J.P.F Brown supuestamente vio la criatura en 1956, en el Fuerte Rosebery, cerca del lago Bangweulu en Rhodesia del norte, territorio que ahora es Zambia. El constructor dijo que eran dos criaturas que volaban despacio y silenciosamente por encima de ellos. A primera vista la criatura parecía prehistórica y sus alas median 1 metro y la longitud desde el pico a la cola era casi 2 metros, su cola era bastante delgada y su cabeza era similar al hocico largo de un perro.

El año siguiente en el hospital del Fuerte Rosebery un paciente fue internado con una herida severa en el pecho. La víctima dijo que un pájaro gigante lo atacó en el pantano de Bangweulu, tras dibujar la criatura, la imagen era similar a la de un pterosaurio. Científicos británicos obtuvieron la misma escalofriante reacción de los nativos cuando les muestran imágenes de un pterosaurio al que identificaron como un Kongomato.

Esta mítica criatura ha sido vista por nativos africanos y exploradores europeos, muchos reportes lo describen como un pterosuario de color rojo y negro. Cuando una persona aparece con graves heridas hechas por un animal dicen que es el Kongamato, ya que los testigos afirman que tiene dientes muy afilados en su pico y unas garras igualmente peligrosas.


El Kongomato se refugiaría en la frondosidad del bosque lo que dificultaría su localización. Dibujo de dos Kongomatos atacando a nativos.

Un corresponsal británico, G. Ward Price, viajó junto con el futuro Duque de Windsor a Rhodesia en 1925. Allí escuchó la historia de un sirviente sobre un hombre que fue herido por una criatura cuando entró al temido pantano en Rhodesia, lugar que se decía era un nido de demonios. Cuando el hombre regresó tenía una gran herida en el pecho y comentó como una extraña y gigante ave lo atacó con su largo pico. Price le mostró una imagen de un pterosaurio al sirviente, este gritó aterrorizado y huyó de la casa.


Supuestas imágenes de un dinosaurio volador abatido durante la Guerra de Secesión americana a miles de kilómetros donde se ubica al Kongomato.


Otra fotografía de un enorma pterosaurio supuestamente abatido por soldados.


El Kongomato tendría un aspecto mas similar al ser de esta fotografía, con un tamaño inferior.

Las tres fotografías anteriores, muy difundidas en la red, pertenecen a supuestos dinosaurios voladores cazados en Estados Unidos, a miles de kilómetros de la leyenda del Kongomato. Opinamos que son falsas, sin embargon nos ayudan a hacernos una idea del aspecto del críptido en cuestión.

El Coronel C.R.S. Pitman en 1942 siguió las historias que los nativos contaban sobre una gigante criatura voladora similar a un murciélago pájaro que vivía en el pantano al norte de Rhodesia. Rastros de la criatura eran dejados por su larga cola que arrastraba por el suelo. Estos reportes no estaban limitados solo a Zambia, también habían avistamientos en el monte Kilimanjaro y el monte de Kenya.

En 1988 el profesor Roy Mackal guió una expedición a Namibia donde se habían dado reportes de una criatura con grandes alas. Este animal se deslizaba por el aire. Usualmente se lo veía en el atardecer sobrevolando riscos, sin embargo la expedición no logró conseguir evidencias, pero James Kosi un miembro del equipo dijo ver la criatura volando lejos. Describiéndolo como un parapente gigante con marcas blancas y negras.

Ataque a exploradores blancos

Tal vez el reporte más impactante es de exploradores blancos que trabajaban para el Museo Británico en la expedición de Percy Sladen desde 1932 a 1933. Este grupo profundizó en el oeste de África, liderados por Ivan T. Sanderson un reconocido escritor y zoólogo. Mientras visitaban las montañas Assumbo en Camerún acamparon cerca de un valle en las laderas de un rio. El grupo estaba cazando cuando Sanderson le disparó a un gran murciélago comedor de frutas, mientras se acercaba a ver su presa, perdió el equilibrio y cayó al río. Al recuperarse escuchó un grito de advertencia de su compañero y vio una figura negra del tamaño de un águila que se abalanzó sobre él. Sanderson logró ver el rostro del animal, su mandíbula inferior estaba abierta y tenía un semicírculo de puntiagudos dientes blancos que estaban separados. Sanderson emergió del agua y la criatura no estaba, su compañero George se movía en la otra dirección disparando su segundo cartucho.

Tras llegar empapado a tierra, muchos se preguntaban si la criatura volvería, y cuando estaba oscureciendo regresó precipitándose de nuevo rio abajo. Sus dientes sonaban y en el aire se escuchaba un siseo mientras una criatura negra con alas de Dracula volaba por una hendidura en el valle. Los exploradores no estaban preparados, el arma de Sanderson estaba vacía y la bestia atacó directamente a George quien le esquivó, el animal voló encima de él y desapareció en la noche.

De vuelta al campamento Sanderson preguntó a los nativos que había visto, ellos respondieron “Olitiau” y le preguntaron donde había visto a la criatura. Sanderson señaló al río y los nativos agarraron sus armas y huyeron en la otra dirección dejando el resto de sus posesiones.

Pocas pruebas de su existencia

Curiosamente el área es presentada como un sitio ideal para observar aves, sin embargo este gran animal volador no ha sido avistado por ninguno de sus visitantes ni expertos ornitólogos. Hay reportes similares en Angola, Zimbabwe, la República Democrática del Congo, Namibia, Tanzania y Kenya. En Namibia el Kongamato es referido como una serpiente voladora.

Escépticos del tema dicen que la criatura es una farsa, y que puede ser confundido con un murciélago grande o una cigüeña. Creen que estas historias son inventadas por nativos contratados para excavaciones arqueológicas donde encontraron restos de pterosaurios, que se descubrieron en Tendagaru, Tanzania años antes de la Gran Guerra. Sin embargo las excavaciones se hicieron a mas de 1.300 kilómetros de distancia de Zambia.

Para intentar explicar estos falsos fenómenos los científicos han investigado los animales en África que podrían confundirse con un pterosaurio. La lista es realmente corta, muchos creen que los africanos y viajeros han confundido esta criatura con dos especies diferentes de cigüeñas nativas de la región. Los pájaros podrían confundirse en el atardecer, sin embargo las historias de los nativos están respaldadas por expertos exploradores y zoólogos. Además ningún tipo de cigüeña se muestra tan agresiva ni ataca a las personas, mucho menos para causarles las heridas descritas.

Los pobladores de Kaonde suelen llevar amuletos llamados “muchi wa Kongamato”, cuyo efecto los protege cuando cruzan ciertos ríos donde el Kongamato ha sido visto. Dicen que la bestia no ha sido capturada en video porque vive en la densa vegetación de los pantanos africanos, y mucha gente de la región no tiene cámaras.

Mi opinión personal es que es muy remoto que exista, creo más en la vericidad de aves gigantes tipo Moa(que próximamente os publicaré en el blog) o águilas, en conclusión aves con plumas que este tipo de aves, pero me parece interesantes los relatos, y estaremos a la espera de respuestas.

Espero que os haya gustado este Críptido, un saludo compañeros.

Fuente original: http://www.escalofrio.com/n/Criptozoologia/El_Kongomato/El_Kongomato.php

domingo, 10 de junio de 2012

Megaterio

Hola amigos hoy quiero hablarles de un animal desconocido llamado Megaterio, eran perezosos terrestres, parientes de los actuales perezosos que habitaron en América desde comienzos del Plioceno o Pleistoceno hasta hace 8.000 años.




Los megaterios llegaban a medir 6 m de altura cuando se alzaban sobre sus patas traseras; la cabeza era relativamente pequeña, las patas delanteras algo más largas y robustas que las traseras y tenían grandes garras que utilizaban tanto para escarbar en busca de raíces y tubérculos como para defenderse. Sus fuertes mandíbulas constaban de 16 molares (8 en cada maxilar) carentes de esmalte.

Eran mamíferos poco sociables con hábitos vegetarianos, aunque actualmente no se descarta una dieta omnívora. Eran animales terrestres, sin duda por su tamaño se veían imposibilitados de ser arborícolas como sus parientes actuales. Se alimentaban en posición bípeda.

En la actualidad este animal esta extinguido pero diferentes encuentros con personas en la zona del Amazonas ha llamado la atención de todos los criptozoólogos y hayan iniciado exploraciones a estas zonas.



Desde mi punto de vista pienso que es muy remota la posibilidad ya que un animal tan grande como el megaterio no ha podido ser visto nunca por la ciencia, ni catalogado. Aunque tengo un impulso de esperanza al pensar que el Amazonas es gigantesco y que hay muchas zonas vírgenes aun no pisadas por las personas, y la gran maleza de la selva hace que pueda ser que existan estos antepasados de los perezosos.

A continuación y aquí hago especial incapié en una persona, en Luis Jorge Salinas, que tras un suceso que tuvo, que fue el encuentro el megaterio, me parece muy interesante la labor de este personaje, muestro mi afán sobre él, ya que a través de un libro publicado que cuenta su historia, y a través de sus exploraciones intenta demostrar a las personas que estos seres existen.

Aquí le dejo el blog: http://www.luisjorgesalinas.blogspot.com.es

Creo que en su libro encontrareis información mas convincente que en lo que os pueda explicar yo. Yo he leido ya su libro, está también en versión on-line, aquí os dejo el link:
https://skydrive.live.com/?cid=8cda5e97ed2cb9e0&resid=8CDA5E97ED2CB9E0!168&id=8CDA5E97ED2CB9E0%21168

Espero que os guste el artículo y animo desde nuestro blog a Luis Jorge Salinas con su investigación y espero que todo salga a la luz.

Un saludo compañeros.

jueves, 7 de junio de 2012

Felinos Desconocidos de África



No solo de Alien Big Cats viven los misterios criptozoológicos felinos. Numerosos avistamientos son referidos cada año en diversos lugares del mundo, desde África hasta América, pasando por Asia, Europa e incluso en algunas islas como Madagascar. Es sabida la enorme capacidad de adaptación que poseen los felinos, y su habilidad para vivir al límite en los terrenos más inhóspitos, ahora intentaremos conocer un poco a los más elusivos de los gatos, empezando por los habitantes del Continente Negro.

Misterios con garras y colmillos

Existen numerosas especies de felinos en África, algunas, como los leopardos (Panthera Pardus) o los Leones (Panthera Leo) son harto conocidos y abundantes, pero el continente es sumamente enorme y hay zonas impracticables de espesa jungla, montañas aisladas y extensas sabanas que prácticamente quedan como territorio exclusivo de la rica fauna. Por tanto es perfectamente posible que aún nos queden muchas cosas por descubrir, entre ellas posiblemente algunas especies de felinos desconocidas aún para la ciencia convencional. Sin embargo la criptozoología hace años que sigue la pista de varios de estos animales, algunos relativamente conocidos, como el Marozi otros como el Ntarargo o el Coje Ya Menia que solo se conocen por las descripciones de miembros de algunas tribus. Vamos a intentar averiguar que se esconde detrás de ello.


El Marozi



También conocido como: "El enigma del león manchado africano". Muchos son los misterios felinos que analizaremos aquí, pero el caso del Marozi es realmente especial, y lo es porque probablemente sea uno de los pocos casos donde podemos encontrar evidencias físicas de la existencia del animal, lo que unido a los testimonios de los locales y de la gente extranjera que los ha visto, las huellas y algunas fotografías, nos hacen pensar en la existencia de esta criatura como algo real, si bien, quizás a día de hoy ya no lo sea, luego explicaremos porque.

Los inicios

Los nativos africanos y algunos europeos llevaban desde 1904 reportando informes de avistamientos de "leones manchados". No obstante el primer encuentro documentado no tuvo lugar hasta 1931 y estuvo protagonizado por Michael Trent, un granjero de Kenya que observó dos extraños leones manchados macho y hembra con características algo peculiares en los Aberdares (Kenia), a unos 3000 metros de altitud. Después de seguirlos unos cuantos metros disparo y los abatió a ambos. Cuando los examinó vio que eran dos animales de tamaño anormalmente pequeño, de estructura más fina que la de un león común y su pelaje estaba cubierto de manchas como las de los leopardos o similares a las que presenta esta especie cuando son cachorros, pero estos felinos no eran ni lo uno ni lo otro, el macho presentaba una escasa melena casi en forma de patillas. Fueron enviados al departamento de caza de Nairobi para proceder a su embalsamamiento y causaron gran revuelo y expectación por lo extraño de sus características.

Expediciones y avistamientos posteriores


Dos años después un explorador llamado Kenneth Dower decidió viajar a África para conocer más cosas acerca de su fauna de primera mano. Él, no tenía conocimientos sobre criaturas criptozoológicas salvo relatos de serpientes marinas y las historias que le habían contado sobre el Oso Nandi, otro conocido críptido africano, no obstante su intervención fue clave para aportar nuevos datos a las crónicas sobre el Marozi. A medida que pasaban los días fue recopilando información sobre este curioso felino y fue realizando investigaciones cada vez mas especializadas, y muy pronto, empezó a obtener resultados.

En su primera intervención localizó una serie de huellas de felino, pertenecientes según dedujeron a una pareja de animales, un macho y una hembra. Dichas huellas eran de mayor tamaño que las de un leopardo, pero no llegaban tampoco al gran tamaño de las del león, además eran típicas huellas felinas en la forma, por lo tanto no podían haber pertenecido a ningún animal de otro grupo de mamíferos, ni cánidos, ni hiénidos, ni similares... después de seguir el rastro durante un rato observaron que se mezclaban con las huellas de una gran manada de búfalos que pastaba en las inmediaciones. Teniendo en cuenta estos datos podemos deducir que estaban siguiendo a un animal de tamaño intermedio entre un león y un leopardo y que no eran cachorros puesto que por lo que parece estuvieron acechando a la manada de búfalos.

Días después encontró otro rastro de huellas similares a unos 3812 metros de altitud. También descubrió que los nativos siempre habían diferenciado a estos peculiares animales de leones o leopardos. Aparte de esto, él descubrió también que el Marozi recibía diversos nombres en otras regiones, tales como Ikimizi en Ruanda, y Abasambo en Etiopía, lo que le da a este animal una identidad propia diferenciada de otras criaturas, además del hecho de vivir en parejas, y no en manada y de vivir en un hábitat distinto de la sabana. También, recopiló otros avistamientos: En 1924, el naturalista A. Blayney Percival mató una leona con sus cachorros; tanto la madre como los hijos estaban cubiertos de manchas. En 1931 cuatro animales con una descripción similar fueron avistados por el capitán R.E.Dent de Game Guarda en la región de la montaña de los Aberdares en una elevación de alrededor de 3000 metros. Una pareja avistada en la meseta de Kinangop por G. Hamilton-Snowball en una elevación de 3507 metros. Intentaron abatirlos pero escaparon. Por estas mismas fechas otro animal similar pudo haber sido cazado en una trampa.




Si bien Dower no pudo aportar una prueba definitiva de la existencia real de estos animales, catapultó el interés por este críptido en el resto del mundo a través de la publicación de libros y artículos, lo que despertó el interés de criptozoólogos, naturalistas, zoólogos convencionales etc... gracias a su trabajo, este críptido goza de fama internacional hoy en día.


Teorías sobre su identidad


Dada la alta probabilidad de que nos estemos encontrando ante un enigma de carne y hueso, se han propuesto muchas teorías sobre el origen, o al menos, una explicación sobre la identidad de esta criatura felina desconocida, a continuación comentaré las más famosas:


Teoría 1- Hibridación natural entre leopardo y león.


Esta fue la primera teoría que se desarrolló. El Leopon es un híbrido obtenido de un cruzamiento entre un leopardo generalmente macho y una leona. Su aspecto es similar al de un león pero de menor tamaño, su pelaje se encuentra recubierto de manchas y poseen los machos una rala melena en la cabeza. Desde siempre solo se tiene noticias de este tipo de híbridos en cautividad, ya sean circos o zoológicos, pues el carácter de los híbridos los hace más sensibles a las condiciones del medio natural e incluso a veces sus comportamientos son contradictorios, por lo tanto y en teoría, serian poco aptos para la supervivencia. No obstante algunos investigadores propusieron en su día que algunos cruzamientos de este tipo, habrían podido suceder en la naturaleza entre leones y leopardos, ya que ambos comparten hábitat, en algunas zonas determinadas y que los individuos resultantes habrían creado una población nueva de felinos híbridos que habría conseguido salir adelante y adaptarse al medio. Esta teoría es un poco improbable, puesto que leones y leopardos son competidores directos en la naturaleza, además sus estilos de vida son muy diferentes. No obstante e imaginando que en una determinada población de leones, hubiera hembras solitarias sin machos cerca, que se encontraran con algún leopardo macho y que se diera el apareamiento entre ambos contaríamos con otra dificultad, en este caso genética. En general este tipo de híbridos no suelen ser fértiles, cierto es que en un porcentaje de ellos si que podrían serlo, pero para que una población de felinos híbridos sobreviviera, tendría que haber dado la casualidad de que se produjeran después apareamientos entre individuos fértiles.

Como podemos apreciar, seria bastante complicado que esta teoría pudiera ser la acertada.




Teoría 2- Mutación genética del león

La segunda teoría habla de una explicación genética del Marozi, como mutación del león común, similar por ejemplo a la de los famosos "leones albinos". Es cierto que los cachorros de león al nacer poseen unas manchas características reminiscencias de sus antepasados felinos manchados, y también lo es que algunos ejemplares adultos llegan a conservar unas "marcas fantasma" de estas manchas, especialmente las leonas.

También se sabe que el inbreeding, o cruzamientos consanguíneos entre ejemplares con parentesco muy cercano, puede producir coloraciones inusuales, según esto, se habrían producido una población de leones mutados genéticamente, con carácter recesivo, que conservarían dichas manchas hasta su edad adulta. Si bien esta teoría ya resulta mucho más creíble desde el punto de vista biológico, aún guarda ciertas lagunas, ya que no se explicaría como han surgido ejemplares con esta aberración genética en una zona tan determinada y no se han dado mas casos en otras zonas de África, pues en general los leones son animales adaptados a las sabanas y a los terrenos abiertos, es difícil explicar porque estos animales mutados vivirían exclusivamente en habitats de montaña según los avistamientos.

Otra laguna de esta teoría es que solo explicaría el origen de las manchas y no daría explicación al menor tamaño, ni a la escasa presencia de melena, a no ser que fueran factores genéticos ligados también a la presencia de manchas en el pelaje.

Teoría 3- Nueva especie

A mi modo de ver, esta es la teoría más probable para explicar los orígenes de este gato manchado.

Dadas las diferencias tanto en morfología como en hábitos y distribución con el resto de felinos, se ha especulado que pueda ser una nueva especie aún no catalogada de felino panterínido (perteneciente al género Panthera) bien emparentada con los leones, siendo alguna subespecie de estos, o bien siendo una especie totalmente distinta, aún por catalogar para la zoología oficial. También se ha especulado con la posibilidad de que fuera un antepasado común superviviente de la línea evolutiva que separaba leones de leopardos.



¿El fin?

No obstante y a pesar de la veracidad de las pruebas, tanta, que incluso el padre de la criptozoología Bernard Heuvelmans, acuñó un nombre científico para esta especie como Panthera Maculatus o Panthera Leo Maculatus, no se han vuelto a tener noticias de avistamientos de animales similares desde los años 30-40 por lo que algunos investigadores sostienen que si realmente este animal existió, como en un principio parece que así fue, actualmente se encontraría a priori extinguido por la presión competidora de otros depredadores de la zona, por su aislamiento y por la presión ejercida por el hombre en si hábitat. De las pruebas que recopilamos, en el Museo de Historia Natural de Londres existe aún una piel atribuida a uno de estos dos Marozis abatidos por Trent y un cráneo de estos, similar al de un león común pero de tamaño anormalmente reducido. Aún así no se han vuelto a hacer expediciones ni estudios serios para corroborar dicha hipótesis, con lo cual el enigma del "leon manchado" sigue aún sin resolver.

El Mngwa o Nunda: Un desagradable encuentro

Para analizar la truculenta historia de este críptido nos desplazaremos a los hechos que tuvieron lugar en 1922 en Tanganyka (actual Tanzania) y que fueron recopilados por el magistrado administrador británico, capitán William Hichens, él lo relataba así:

"Un guardia nativo fue a revelar en su puesto a su compañero al turno de medianoche, cuando llegó al lugar, sorprendentemente su compañero no se encontraba allí. Después de un rato de búsqueda, no imagino la desagradable sorpresa que se le venia encima, cuando lo encontró terriblemente mutilado debajo de un árbol. El vigilante corrió hacia su jefe, un oficial europeo, ambos vinieron a buscarme a toda prisa para regresar al lugar de los hechos. Cuando lo encontramos, no nos hizo falta examinar detenidamente el cuerpo para notar que el askari había sido atacado por algún animal salvaje, un león seguramente. Notamos que en la mano cerrada del cadáver había un manojo de pelos de color gris, obviamente durante la cruenta lucha el hombre le había arrancado un buen manojo de pelos a su agresor, en este caso de la melena. No obstante hacía años que no se tenia noticia de que ningún león se hubiera adentrado en la ciudad".





A la mañana siguiente, mientras nosotros intentábamos buscar y repara algún posible defecto en la boma (muro de espinos que habitualmente se utiliza en áfrica para proteger poblados y ciudades) cuando el gobernador nativo del distrito se presento en nuestra oficina con dos hombres realmente aterrorizados. Según explicaron ellos conocían al vigilante que la noche anterior había muerto, y que esa noche habían quedado en verse a las afueras del mercado. Pudieron presenciar horrorizados como un extraño animal de gran tamaño saltó sobre él tirándolo al suelo en una fracción de segundo. A pesar de la rapidez de los hechos aseguraron que el animal era un Nunda, un extraño felino atigrado de gran tamaño.

Al principio el escepticismo me hacia tomarme dicho relato con bastantes precauciones, no obstante, el gobernador, un hombre muy educado y con cierto nivel cultural, aseguro que no era la primera vez que pasaba algo similar y que la criatura conocida como Nunda, había atacado el poblado en otras ocasiones. Después de oír las historias del gobernador, me empecé a tomar al Nunda como algo más que una simple superstición legendaria. Esa misma noche otro guardia resultó muerto y mutilado de la misma forma que el anterior, adheridos a las hebillas de su cinturón y a diversas partes de su uniforme, sobre su cuerpo ensangrentado, se encontraban esos mismos pelos grises que habíamos visto en el puñado de la mano del askari.


Un poco de historia


El testimonio del Sr. Hitchens, pudo ser quizás la primera mención al mundo europeo de algo que los nativos de Tanzania conocían desde hace varios cientos de años: El Nunda o Mngwa, el "temido" o el "extraño". Hitchens, que aparentemente es la primera fuente que cita a esta criatura destaca un antiguo proverbio de guerra Swahili escrito aproximadamente en el año 1150:

No vivo en la ciudad para no volverme perezoso;
me interno en la selva para que Mngwa me devore.
Liongo Fumo wa Ba-Uriy (1150)

Existe otra leyenda Swahili, en la que aparece mencionado el Nunda, según Edward Steere, él relató la historia del Sultán Majnun:

Según cuentan el Sultán poseía un extraño gato, el cual se escapó un día y comenzó a matar pollos. Todos los hombres del Sultán intentaron dar con él sin éxito, y el animal la emprendió contra animales de mayor tamaño como ovejas y cabras. Finalmente el desesperado sultán declaró que no era un simple gato, que era un Nunda, un "extraño" que él había capturado tiempo atrás. El hijo de Manjun se ofreció para ayudar a su padre y matar a tan devastador depredador, y siguiendo las indicaciones y las descripciones del animal mató un perro, una civeta, una cebra, una jirafa, un rinoceronte y un elefante, antes de conseguir dar con el misteriosos asesino.

Cuando por fin lo consiguió, exclamó "Este debe ser el Nunda" "Según me dijeron las orejas de este animal son pequeñas y las de este lo son, también me dijeron que era más ancho que largo y este animal lo es, me dijeron que su pelaje y manchas son similares a las de las civetas, y el de este animal lo es, por último, me dijeron que su cola era gruesa, y la cola de este animal lo es, todas las particularidades descritas están en este animal" en efecto el animal era el Nunda que fue muerto a manos del hijo del Sultán que heredó el reino y gobernó con justicia por muchos años.

Obviamente este relato no deja de ser una leyenda, pero es interesante porque ya nos habla de las tradiciones en las que estaba integrado este ser desde hace siglos, pero, volviendo al informe de Hitchens, el finalmente envió las muestras de pelos grises y negros, obtenidos en los cadáveres a la jefatura para que los identificaran. Según le comunicaron se trataba de pelos probablemente de felino.





En 1937 Hitchens volvió a escribir sobre los ataques del Nunda, que habían comenzado otra vez de manera repentina:

"No hace mucho tiempo, me trajeron un hombre cuando yo estaba en Mchinga, en una camilla, que había sido gravemente herido y mutilado por algún enorme animal. El no paraba de insistir en que el causante de su ataque había sido el Mngwa fuera de toda duda pues decía que una conocida canción típica de los rituales de antes de una cacería hablaba de Simba (el león) de Nsui (el leopardo) y del Mngwa todo en el mismo verso lo que demuestra que en Tanzania no existía ningún tipo de confusión entre estos tres grandes carnívoros que por supuesto existían realmente".

El cazador Patrick Bowen relató al autor Frank Lane, que una vez él estuvo siguiendo el rastro del Mngwa, junto con un joven ayudante nativo y otro hombre. Según afirmaba Bowen: "El rastro que estuvimos siguiendo era muy similar al de un leopardo, pero dado el aspecto de sus huellas erá más grande que un león" también declaró que:"Sus pelos, que pudimos observar a lo largo del rastro tanto en el suelo como enganchados en zarzas, eran de color grisáceo con marcas atigradas y perceptiblemente diferentes a los de un leopardo, de los cuales he cazado muchos y seguido su rastro a lo largo de mi carrera como cazador" Bowen también afirmó que era más que posible que alguno de los ataques atribuidos al Oso Nandi fueran en realidad responsabilidad del Mngwa.

Rueda de reconocimiento

Como hemos visto anteriormente los locales tienen bien claras las diferencias entre los tres grandes tipos de depredadores felinos de la zona: León, Leopardo y Mngwa. Pero ¿Cómo es este último? ¿Qué características tiene para gozar de una diferenciación tan pronunciada?

Por suerte debido a la cantidad de testigos y a la popularidad que goza este animal se tiene descripciones bastante fiables y uniformes de su apariencia.

Es un animal característicamente felino, de muy gran tamaño, se lo compara siempre aproximadamente con el de un asno, mayor que el león o el leopardo, con un pelaje grueso de color gris y atravesado por rayas negras, complementadas en la cabeza y en los cuartos traseros y espalda con manchas también de color negro, su cabeza es masiva y grande sus orejas muy cortas. A veces se describe con unos colmillos ligeramente sobresalientes de la boca, aunque no exagerados. Su cola es larga y gruesa y sus huellas como hemos visto son más similares a las del leopardo que a las del león pero más grandes que en ambos. Se ha informado de avistamientos de individuos totalmente negros (melánicos).

Teorías y candidatos

En este apartado veremos las teorías más barajadas para explicar el origen de este peligroso depredador africano:

Fase de coloración anormal en un león
Es la primera de las teorías que se barajaron, que dicho ser fuera en realidad, un león africano con una mutación genética que se expresara en forma de un patrón de coloración anormal en el pelaje, presentándose a rayas. No obstante las lagunas de esta teoría son notables, ya que por descripción, dicho animal no concuerda con un león, además como hemos visto estos depredadores estaban muy bien diferenciados entre sí.

Subespecie o mutación genética de leopardo

Otra de las teorías barajadas, es que este anima podría tratarse de un pariente cercano o incluso alguna subespecie o mutación del leopardo común pero de mayor tamaño y con un patrón de coloración diferente. Bien es cierto que por fisiología o incluso por sus huellas, su parecido con el leopardo podría ser notable, no obstante la diferencia de tamaño y comportamiento es abismal como para pensar en que tuvieran un parentesco.

Profelis Rex

Éste nombre científico es el que propuso el padre de la criptozoología Bernard Heuvelmans, para explicar la posible identidad de este misterioso gato rayado. Según los testimonios, el animal a veces ronronea mientras come, algo que los felinos mayores, del género Panthera, son incapaces de hacer por tanto, él propuso la hipótesis de que este animal sería un pariente o una forma agigantada del gato dorado africano (Profelis aurata) felino selvático poco conocido, de color rojizo o grisáceo con marcas atigradas. Por supuesto no hay ningún indicio de que haya podido darse semejante mutación o gigantismo de una especie de felino tan pequeño, pero tampoco lo hay de que no se haya podido dar.

Pariente cercano del tigre

Otra posibilidad es que el Mngwa podría ser un pariente cercano del tigre. Algunas de sus características como el tamaño y las rayas, sugieren que podría tener una conexión con al tigre. Quizás el Mngwa es una nueva, y rara subespecie africana del tigre, o una especie de evolución convergente con el tigre en otro continente distinto, que quizás esté en el medio de un proceso evolutivo de perder sus rayas. Además de explicar las rayas, esta teoría también explicaría su tamaño, puesto que los tigres son más grandes que los leopardos, y leones, así como su estilo de vida y el resto de sus características físicas similares. Me parece en el ámbito personal una buena hipótesis para evaluar el origen de este críptido.

Evolución de una criatura prehistórica

Otra teoría, de las mas recientes, propone que el Nunda pueda ser una evolución de la rama de los felinos prehistóricos conocidos como Dinofelis. Estos felinos prehistóricos se encontraban clasificados dentro de los felinos "dientes de sable", pero eran conocidos como "los falsos dientes de sable" debido a sus caninos moderadamente cortos y solo un poco sobresalientes, característica que recordemos, se ha descrito en algunos avistamientos de Mngwa esto unido a su tamaño desmesurado adaptado para cazar grandes piezas, muy típico de los felinos prehistóricos, hace que esta teoría sea una de las más convincentes.




Nueva especie no catalogada

La última de las teorías propuestas para explicar la identidad de nuestro protagonista, es que se trate de una nueva especie desconocida de felino perteneciente al género Panthera emparentado con los otros grandes felinos leones, leopardos, tigres etc... pero a la vez diferente de todos ellos y aún por catalogar oficialmente para la zoología.

De momento y hasta que no se hagan más expediciones e investigaciones seguiremos sin poder darle un origen a "El Extraño".

Ntarargo: Un auténtico enigma

También conocido comoNdalawo, Niarago, Ruturargo, Enturargo Entarago o Ntarago o "Wonder Leopard" es uno de los felinos criptozoológicos más desconocidos y misteriosos de los cuales se tiene noticia. A menudo se le confunde con otros como el Marozi, lo que hace realmente difícil seguir una línea de investigación, no obstante por los informes recopilados se sabe que es similar a un leopardo, si bien de tamaño algo mayor, según las descripciones proporcionadas por los nativos de las selvas de Uganda, donde habita supuestamente este felino.

Su manto esta adornado de manchas claras, pero su lomo es de color negro que va aclarándose hasta un gris ceniza en los costados, flancos y vientre. Posee una larga cola, un pelaje aparentemente espeso y garras retráctiles, lo que lo hace obviamente distinto de otros animales similares como podría ser el guepardo (en este caso su subespecie real). Por lo que parece se han registrado casos de ataques a seres humanos y los nativos de la zona lo consideran un animal peligroso, si bien se afirma que es habitualmente solitario, se han llegado a ver hasta 4 individuos cazando y colaborando, lo que indica que quizás podrían ser felinos relativamente sociables, en circunstancias determinadas, como los guepardos. Las huellas son similares a las de un leopardo pero ligeramente más grandes. Por lo que respecta a su sonido, himpla como los leopardos, pero de manera mucho más ronca y estridente, además, por lo que parece dichos sonidos tienen algún tipo de función de interacción social cuando van en grupo.


Es tan poco lo que se sabe de este ser que es difícil buscar una posible identidad, no obstante y a pesar de la confusión con otros críptidos similares, parece que al menos los locales de Uganda, lo diferencian con bastante ahínco de guepardos, leopardos y otros depredadores similares. En cuanto a las teorías sobre su origen, una de ellas defiende que el Ndalawo podría ser un leopardo, o una subespecie de leopardo, con algún tipo de pseudomelanismo, dado el color negro de la espalda y la grupa, teoría bastante lógica que, como la mayoría muestra insuficiencias, pues los leopardos no son animales en absoluto sociales, salvo la hembra con sus cachorros, o con el macho durante los días que dura su ciclo reproductivo; además como ya hemos dicho, los nativos diferencian entre estas dos clases de felinos y el tamaño de nuestro protagonista sería mayor. También se ha especulado que tras su verdadera identidad podrían esconderse hienas, pero estos animales generalmente se mueven en grupos grandes, fáciles de detectar, y muy ruidosos, raramente cazan solos, y según los testimonios de algunos aldeanos que han sufrido los ataques del Ntarargo estos se han producido en absoluto silencio y sin que nadie se diera cuenta de nada, habiendo sido la víctima característicamente arrastrada fuera de su choza, para ser alejada y devorarla con tranquilidad, en una actitud, diría yo propiamente felina. Además el patrón de color del manto de la hiena manchada, no se correspondería con el de un Niarago, así como tampoco la longitud del pelo, los sonidos que producen, ni la larga cola. Teóricamente existe una piel de este animal, aunque se desconoce donde se encuentra en la actualidad, algunos la han atribuido a un ejemplar joven de hiena manchada.

No obstante hasta que no se realicen más investigaciones de una manera seria no se podrá confirmar nada sobre la identidad real del "Wonder Leopard".

Wobo: ¿Misterio felino o confusión?

Si nuestro anterior protagonista ya era desconocido, este es realmente un misterio, puesto que ni siquiera se tiene claro que existan referencias suyas fuera de una reducida zona de Etiopía, y las pocas que existen, se reducen a unos escasos testimonios de algunos nativos y a una prueba física no identificada.

Según las descripciones, es un animal de gran tamaño, mayor incluso que un león adulto, de potente rugido y con un color marrón-amarillento, o incluso grisáceo atravesado de rayas de color negro y manchas también negras en algunas zonas del cuerpo como patas y cabeza. Su cola es larga y rayada y al parecer es una criatura de hábitos solitarios. El mayor enigma referente a esta supuesta criatura es el que se encuentra en la Catedral Principal de Eifag, Etiopía. Una piel perteneciente a un gran felino rayado y que se exhibe allí, según parece. No obstante la única prueba existente, es la más controvertida, pues muchos aseguran que no se trata ni más ni menos que una simple piel de tigre de bengala (Pantera Tigris Bengalensis) que habría sido llevada hasta allí por algún colono procedente de Asia, como una moneda de cambio para comerciar. Con estos datos lo más fácil es pensar que simplemente dicha piel desconocida para los habitantes locales, provocó la imaginación de un extraño felino rayado africano desconocido. Si bien podemos aportar una nueva pista para intentar, al menos, saber más acerca de este misterio.

En Sudán, hace bastante tiempo que encontramos en las tradiciones orales historias acerca del Abu Sotan, un extraño y esquivo depredador felino de gran tamaño que posee la piel rayada o con manchas, y que habita en las montañas rocosas cerca del río Rahad (queda fuera de toda duda que se trate de un león o guepardo, puesto que estos animales no se han descrito nunca como habitantes de regiones montañosas, pues están biológicamente adaptados a la supervivencia y caza en las sabanas y planicies). Sudán y Etiopía son países colindantes, por tanto quizás si es cierto que una extraña especie de felinos rayados de gran tamaño se mueva por la zona, aunque quizás a día de hoy, dados los escasos testimonios se encuentren extintos.

Hadje: Algo diferente

También Conocido bajo la denominación de Tigre de Montaña es otro de los felinos criptozoológicos mejor conocidos dentro de lo que cabe. Su localización es más o menos exacta y se supone que vive en una región que se extiende desde el macizo del Tibesti, en Chad, pasando por las mesetas saharianas de Ennedi, los montes del Darfur, en Sudán y del Bahr-el-Ghazal y las montañas de Uganda, hasta el monte Kenya. Coq-Ninji, Coq-Djinge, Gassingram, Koq Nindji, Vassoko, Coje-neinji, Bahaoro, Biscoro, Nisi, Noso todos estos nombres son los que designan a un fenómenos común a todas estas zonas, la supuesta existencia de un tipo de felino aparentemente desconocido y de gran tamaño que causa verdadero pavor entre los nativos de estos lugares. Fuera de confusiones con otros felinos como el león o el leopardo nuestro protagonista tiene unas características y hábitos insólitos que lo hacen radicalmente diferente a cualquiera de los felinos que hayamos analizado hasta ahora.




¿Descendiente de un fósil viviente?

Y es que, podríamos estar hablando ni más ni menos que de la posible existencia hoy en día de una población remanente, o bien una evolución de los prehistóricos Machairodontinae, es decir felinos dotados de lo que se conoce popularmente como "dientes de sable", una subfamilia de Felinos de gran tamaño caracterizada por el desarrollo extremo de sus colmillos. Existen varios Géneros, pero teóricamente todos ellos extintos tras el Período Cuaternario. Según se ha podido deducir el peculiar hiperdesarrollo de sus colmillos parece una adaptación para la captura de grandes presas, tan típicas dentro de la Megafauna, existente en el Cuaternario, se cree que la técnica de caza se basaba en atrapar la garganta desde abajo y seccionarla con sus grandes colmillos, o bien seccionar los huesos de la columna vertebral, o causando grandes y profundas heridas, todo para neutralizar rápidamente a su presa, de forma mucho más rápida que si fuese por asfixia, que es la técnica que utilizan algunos de los felinos actuales, puesto que con presas de semejante tamaño, debía ser muy arriesgado utilizar un metodo como la asfixia.

Su desaparición coincidió seguramente, con cambios en la disponibilidad de presas de gran tamaño, que supondría un retroceso de sus poblaciones hacia la extinción, al ser depredadores muy especializados, de tamaño mayor que otros Félidos de menor porte y más adaptables.

Pero ¿Realmente se extinguieron todos? ¿Se perdió la característica dentadura en forma de sable en la noche de los tiempos? ... al parecer, no del todo.

¿Descripción imposible?

Todavía, y en muchas partes del mundo (por supuesto en África también) numerosos informes que indican que felinos similares, o al menos con características de estos antiguos depredadores pudieran continuar existiendo. Y entre ellos, el más conocido e importante sin duda es nuestro protagonista. Las descripciones de los nativos no dan lugar a equívoco, puesto que son bastante claras y todas coincidentes.

Estamos ante un animal de gran tamaño (mayor que un león), que posee un pelaje espeso, adaptado para la vida en las montañas, y parece ser que alrededor del cuello se acentúa formando una gorguera o melena muy típica de muchos mamíferos. Su capa es de color rojiza o castaña clara atravesada con rayas de color beige o blanquecino por todo el cuerpo, si bien, también existen otros testimonios que hablan de un animal de color sólido negro o gris-marrón muy oscuro, y es el único punto de desacuerdo en algunos avistamientos. Sus huellas son de gran tamaño pero a menudo no son nada claras, y es realmente difícil seguirle el rastro puesto que se asegura que tiene pelo entre las almohadillas plantares, y una cola de tamaño reducido, similar por las descripciones a las de un lince actual (Felis Lynx). Al parecer es un animal preferiblemente nocturno, al cual se le destaca el brillo de sus ojos en la oscuridad como antorchas encendidas, y se dice que es solitario, pues nunca se han visto más de uno juntos.

Habitualmente mora en cuevas habituales en las montañas del Chad y zonas similares y otra característica a destacar es su potente rugido, que como no, provoca el pavor en los habitantes de la zona. Además por lo que parece se alimenta de presas de gran tamaño, haciendo gala de una inusitada fuerza y ferocidad ya que alguna vez ha sido visto matando y devorando a algún Hipótrago Équino o Antílope Ruano (Hippotragus Equinus) de unos 300 kilogramos de peso. Esta especie es famosa por una inusitada agresividad a la hora de defenderse, pues luchan con bravura contra sus depredadores, sirviéndose de unas formidables defensas en forma de cuernas afiladas que superan el metro de longitud y que se encuentran curvadas hacia atrás, como una cimitarra.

Sabiendo esto, es fácil entender porqué causa ese pavor a los nativos. Pero no es, ni su fuerza, ni su ferocidad, lo que lo convierte en uno de los críptidos más conocidos y controvertidos, sin duda es, que según las descripciones de los testigos de los avistamientos, sus dos dientes caninos en su mandíbula superior se encuentran anormalmente desarrollados y sobresalen claramente de la boca en forma de afiladas dagas, con las que acuchillan a sus presas. Esto como decíamos, concuerda de manera curiosa con los supuestamente extintos Macairodontes, sospecha que se ha confirmado cuando, en algunas investigaciones se ha tratado de identificar a este ser enseñando fotos de distintos depredadores a los nativos (tanto actuales como extintos, entre ellos tigres, leones, leopardos etc...) y estos han señalado fuera de toda duda a los "dientes de sable" como "Tigres de Montagne" o Hadjeles. Otro curioso indicio recopilado de su posible existencia, fue encontrado en un lote de colmillos de elefante procedente de Kenia, en el cual había dos piezas de tamaño demasiado pequeño para ser de paquidermo, de textura y forma notablemente diferente y que a día de hoy aún no han podido ser identificadas por los zoólogos. Por si esto no fuera suficiente, tenemos otro indicio que nos lleva hasta unas cuevas del Uadi Mertoutek, en el Sahara, en las cuales encontramos representado a nuestro protagonista en diversas pinturas rupestres formando parte de la fauna local y perfectamente conocida.

Aparte de estas evidencia contamos con los testimonios de testigos de la época e investigadores, como es el caso de Christian Le Noel un famoso cazador que estuvo en la Republica Centroafricana en 1960 y que recopilo algunos informes sobre el Hadjel: Viví durante doce años en África central norteña, y llegué a conocer la flora y la fauna locales muy exactamente. Pero el animal, que los miembros del clan del Youlou describieron y que conocían bajo el nombre de Koq-Nindji, me era absolutamente desconocido. En una expedición de caza, a la que fueron invitados cazadores grandes occidentales a la región Ouanda Djailè, que conduje junto con un cazador Youlou viejo y experimentado, obstinado con estas extrañas historias, descubrí al principio de los años 60, en un barranco, una cueva oscura. Después de que la cacería fuera interrumpida de todos modos en este día, decidí dar una vuelta alrededor con algunos hombres y mirar la cueva más cerca. En el momento en que avanzamos casi al borde de la cueva, nos paramos repentinamente al escuchar un impresionante rugido, que no podría reconocer, ni asignar a ningún animal que yo conociera. Mi guía Djemet, acto seguido, se dio la vuelta realmente asustado, con una expresión en la cara que yo no había visto nunca y me dijo: ¡¡Es el tigre de las montañas mi caballero!! ¿El tigre de las montañas? Pregunté yo ¡Si mi señor es una criatura muy malévola, debemos retroceder y huir, es demasiado peligroso! ¡Estamos en su territorio! dijo él. Yo realmente desconcertado intente explicarle que no había que temer, aun así y a pesar de la potencia del armamento que llevábamos, capaz de matar a un elefante, él seguía realmente aterrorizado e insistía en que debíamos abandonar el lugar y que no pensaba avanzar mas hacia el interior de la cueva. Finalmente abandonamos el lugar, mientras él me explicaba a que se refería con el "tigre de montaña" según me dijo, era un felino depredador, algo más en grande que un león, pero un color rojizo de piel con las marcas de color claro. Según me dijo también existían ejemplares completamente negros y que la cola era substancialmente más corta que en otros felinos como el león o el leopardo. Me dijo que cuando era joven un día con su padre de caza, ellos mataron a un Hipotrago, cuando de repente aparecieron dos tigres de montaña de los cuales uno era totalmente negro. Se acercaron al antílope y uno de los dos lo aferró con sus mandíbulas y se lo llevó sin ningún problema, lejos. Poco después, mas calmados, volvimos para intentar identificar la criatura cuyo rugido nos asustó pero ya no vimos nada.

Sin embargo Christian Le Noel no pudo olvidarse tan fácilmente de esta historia y a consecuencia de ello él volvió un año después para realizar otras investigaciones a la región. Pudo hablar con algunos de los hombres más ancianos de la región, recopilando numerosa información acerca de este ser, incluida una descripción mas o menos exhaustiva:

El Koq Nindji es un poco más grande según sus descripciones, que un león. Tiene una piel roja con las rayas o las marcas blancas, la cola es corta y el pelo en las patas es inusualmente largo alrededor de sus dedos cosa que se deja ver en algunos rastros de huellas. Sin embargo ¡La característica más saliente de este animal inusual es seguramente sus caninos desmesurados!

Le Noel mostró diversos dibujos y fotografías de distintos tipos de felinos (entre ellos los dientes de sable, los leopardos, los leones, los tigres etc...) así como los patrones de colores y manchas de la piel de distintos felinos, las respuestas de los Youlous fueron claras y contundentes, identificaron a los dientes de sable en todo momento como Koq Nindji. Ya 1937 describieron en la aldea principal von Ouanda Djalé, la aldea de la patria del guarda de caza más importante de las colonias francesas, Lucien Blancou, de un animal idénticamente descrito al de la región del este de Ubangi Shari. Piel rojiza y más grande que un león y las huellas como las anteriormente descritas. Uno del poblado vio esta bestia, excepcionalmente, durante el día, cerca de las cuevas en las montañas. Durante la noche los ojos del animal brillan como linternas. El jefe de la aldea sin embargo, llamó este ser Gassingram, más tarde se supo que era otro de los nombres que recibía el mismo animal aparentemente. También recopiló testimonios en Chad, donde recibe el nombre de Hadjel, como ya sabemos: El Hadjel es un animal, que se asemeja mucho a un león, pero es claramente más fuerte sin embargo se diferencia particularmente de un león por dos factores: su cola es mucho más corta y se asemeja a la de una hiena, la otra esque sus dientes caninos son diferentes, son tan largos que sobresalen de la boca cuando el animal la tiene cerrada. Varios habitantes de Temki en las montañas de Adjéray nos confirmaron que habrían visto un Hadjel con sus propios ojos varias veces y que habrían visto en las montañas su cueva.


Críptidos Felinos: África II/II

Teorías: Nadando entre dos aguas.


Si tomamos todas estas pruebas, así como las descripciones como verdaderas descartando así posibles identificaciones erróneas con cualquier otro animal conocido o alguna especie de felino mal identificada, nos encontramos ante un verdadero reto para la criptozoología. Y ciertamente son dos las teorías principales propuestas para explicar el enigma:

Que se trate de un verdadero Macairodonte bien, de una población situada en estas zonas que ha logrado sobrevivir manteniendo intactas sus características desde el Cuaternario, siendo verdaderos Fósiles Vivientes, o bien alguna especie descendiente de estos animales, que haya logrado adaptarse a un estilo de vida y de caza actuales. Hoy por hoy, la teoría de la adaptación y evolución al mundo actual de los "dientes de sable" me parece la teoría más lógica para explicar el origen de la identidad de este ser.

O bien que se trate de algún felino del género Panthera que haya evolucionado para reemplazar a los "dientes de sable" en su nicho ecológico de caza de grandes presas, y haya desarrollado este tipo de armas con una función similar. No obstante, no existe ningún precedente similar en grandes mamíferos depredadores, como para avalar esta teoría.

Las investigaciones continúan


Por suerte, el caso del Hadjel es uno de los pocos donde se han podido realizar expediciones de manera más o menos organizadas, serias y recientes, como es el caso del Proyecto: Chad-2000 organizado por el criptozoólogo Richard Muirhead, que consiguió llevar a un equipo de investigación hasta las montañas del Chad en el año 2000 para por fin intentar dilucidar el enigma del "Tigre de Montagne" aunque por lo que sabemos, no se obtuvieron resultados, por lo que quizás, se nos vuelve a plantear el enigma de que si en realidad estas criaturas han existido, como parece, no se encuentren hoy por hoy desaparecidas. No obstante se siguen preparando futuras expediciones cada vez mejor equipadas de tecnología, como se puede ver, todos es poco para los, quizás últimos y poderosos felinos con dientes de sable del mundo.

Coje Ya Menia: El León de Agua


O así es como lo llaman los nativos, es un extraño animal desconocido centroafricano, con diversos nombres según la región: Coje Ya Menia en Angola, Mamaïmé, Muru-Ngu, Ngoroli, Nze-Ti-Ngu en República Centroafricana y Chad Gasingram, Vasoko en el Congo, Dilali en Camerún; así como Simba Ya Mai, Ntambue Ya Mai o Ntambo Wa Luy en Zaire, Ol-Maima, Dingonek en Kenia y Nyokodoing en Sudán, todos ellos vienen, más o menos, a significar lo mismo "león de agua" haciendo referencia a las características preferencias por el medio acuático de este extarño animal, el cual pertenece a algo que podriamos llamar un "fenómeno común" pues no son pocos los críptidos con características afines, descritos como enormes felinos habitantes en el agua, tanto en Sudamérica como en África.





Un retrato rupestre

Pero centrémonos en nuestro protagonista. En efecto, y a pesar de las descripciones de los indígenas testigos de sus avistamientos, la mejor prueba de cómo podría ser su aspecto físico la tenemos en algunas cuevas del Sur de África, pues aparece en numerosas representaciones pictóricas un extraño animal con aspecto felino, de color moteado oscuro y grandes colmillos como los de una morsa. También podemos complementar esta descripción, con datos facilitados por los nativos, ellos, destacan sobre todo su enorme tamaño, comparable a un mulo o un caballo, su piel moteada que a menudo produce un brillo resplandeciente cuando le da el sol (algo típico de animales con pelaje adaptado al agua) y una espesa crin en el cuello no demasiado abundante ni llamativa, pero de pelaje muy grueso. Sus extremidades son peludas, las patas son grandes y en sus enormes huellas, se marcan con fuerza los dedos, y al parecer podrían poseer membranas interdigitales que ayudarían en la natación, la cola es muy corta. Como no, la característica estrella de estos animales, vuelve a ser la presencia de unos caninos superiores desmesurados en forma de sable que llaman poderosamente la atención y que utilizan en la caza.

En cuanto a su comportamiento, se dice que vive habitualmente en parejas, que se refugia en cuevas cercanas a los cursos de agua y que tiene un potente rugido que retumba de manera escandalosa. Al parecer también es habitualmente nocturno pues sus ojos brillan en la oscuridad, una consecuencia de su adaptación. Referente a sus hábitos de caza diremos que se realizan generalmente en el agua, pudiendo matar presas de gran tamaño. Una curiosa evidencia de la existencia de esta criatura la encontramos precisamente en hipopótamos y elefantes, por ejemplo, unas de las que se dicen serian sus presas más o menos habituales. Algunos individuos en grupos familiares de esta zona muestran profundas marcas dobles paralelas en forma de heridas cicatrizadas en sus cuerpos, en los individuos machos, esto es explicable mediante las luchas interespecíficas por el territorio o las hembras, puesto que ambos animales poseen colmillos con los que se atacan entre sí, pero esto no explicaría las heridas similares encontradas en hembras e incluso crías de estos animales, que por supuesto no luchan, además a menudo estas cicatrices van acompañadas de arañazos, marcas de cuatro grandes garras paralelas, como las de las patas de los grandes felinos. Por lo que parece a veces mata a sus presas hundiéndolas o ahogándolas en el agua y que gusta de arrancar la piel para lamer la sangre de sus víctimas, no obstante tenemos algún testimonio de ello:

Marcel Halley era un famoso cazador de fauna africana en los años 20 en Gabón. Él se convirtió allí en testigo de un suceso extraño: su atención se desvió a un colector de aceite, en el cual encontró un hipopótamo hembra que fue matado y devorado por un animal desconocido, o eso parecía. El animal tenía heridas abiertas, que no podrían venir de otro hipopótamo, porque solamente los machos luchan entre ellos y sus lesiones son características y muy distintas a las que mostraba este animal. Tomó algunas fotos de ellas. Las heridas del animal no podían haber sido causadas por otro de su misma especie pues no se correspondían con las características de sus dientes. El animal tenía dos agujeros enormes, muy profundos, uno debajo del cuello y otro en el hombro. Pero no era el primer caso que recordaban similar, pues en el año 1970 testimonios hablaban de un hipopótamo que había llegado a ser muy agresivo, incluso atacó una barcaza, que transportaba a gente entre Chad y Camerún. Después de una larga búsqueda encontraron al animal y notaron que tenía las mismas heridas que había descrito Marcel Halley. Las heridas tenían el mismo tamaño y forma, por lo tanto vinieron claramente de la misma especie de animal depredador. Las heridas eran cortes profundos, como si hubieran sido hechas por una hoja de la espada. Otra herida debajo del cuello y en el hombro, era un agujero grande, en el cual según dijeron, cabía un antebrazo humano. Las heridas no habían sido producto de una infección y estaban frescas. Por el tamaño se dedujo que el animal o bien era un joven, o una hembra adulta.

Si hablamos de evidencias de la existencia de este animal, es obligado a hacer referencia a un informe militar oficial realizado en 1910 en el río Bamingui, república Centro Africana, donde una piragua conducida por un pelotón de soldados fue atacada por uno de estos animales (como ellos lo describieron un "leon de agua") con tal fuerza, que la volcó y atacó a uno de los soldados clavándoles sus mortíferos caninos y se lo llevó bajo el agua, según explicaron los supervivientes al ataque:

Del incidente en el río de Bamingui hay un testimonio escrito como hemos dicho de un europeo. En el año 1910 durante el establecimiento de una campaña dirigida por un oficial francés. Para cruzar el Bamingui era necesario reunir embarcaciones de mínimo 10 soldados cada una, es decir por lo menos 700 kilogramos de peso en cada embarcación. No obstante y bajo la mirada del oficial, que supervisó la travesía, un león del agua volcó una de las barcazas y atacó a un soldado arrastrándolo y llevándoselo con él. El oficial hizo un informe sobre el incidente, que se mantiene y guarda en los archivos militares aún hoy en día. En dicho informe también se añade que; parece ser que viven los leones del agua en las cuevas rocosas, que están en los bancos de los ríos locales. Sus ojos brillan en la noche tal como chispas y su rugido se asemeja al ruido del viento antes de una tempestad de truenos o de un tornado.

Una posible explicación

Desde luego, si bien estamos ante un animal con características casi imposibles para que se dé su existencia hoy en día, no podemos negar que existen evidencias suficientes para, por lo menos, asegurar que, algo extraño hay. Como podemos imaginar, hay teorías para todos los gustos, pero dos de ellas, con variantes, vuelven a ser las más barajadas:

Felino dientes de sable

La primera explicación, es obviamente que sea un animal emparentado y/o relacionado con el Hadjel, es decir un felino dientes de sable que o bien haya sobrevivido o bien evolucionado hasta una adaptación actual. Algunos investigadores proponen, que los "dientes de sable" se encontraron en inferioridad de condiciones en la depredación terrestre frente a los recientes y modernos félidos del género Pantera con lo cual fueron siendo desplazados hacia nichos ecológicos poco explotados por éstos, como podrían ser los acuáticos, o semi-acuáticos, a los que lograron adaptarse de manera mas o menos exitosa.


Nueva especie de felino adaptado a su hábitat

Otra variante de esta última teoría, es que se traten de felinos actuales, que igualmente se hayan adaptado a una vida semi-acuática y hayan vuelto a desarrollar estas armas en forma de sable para poder acabar con presas grandes que habitan en los ríos y sus inmediaciones. Ciertamente es una variante un poco rebuscada, pero igualmente ha de ser comentada.

Identidad de otro mamífero no felino

Esta criatura no es el único críptido, como hemos dicho, con características similares, es por ello que algunos investigadores han propuesto la teoría de que podríamos estar hablando ni más ni menos que de la existencia de Mustélidos acuáticos de gran tamaño, probablemente pertenecientes al género Lutrinae (Nutrias) que habrían asumido el papel de depredadores dominantes en los ríos y lagos de diversas zonas del mundo. Realmente tenemos evidencia fósil de que en el Cuaternario, existieron nutrias, de un tamaño realmente grande (el fémur de alguna de ellas era incluso ligeramente mayor que el de un león africano adulto) probablemente pertenecientes o emparentadas con el género Satherium, a su vez estrechamente emparentados con la Pteronura Brasiliensisactual, o nutria gigante amazónica, no obstante, contamos con dos inconvenientes. El primero es que dichos restos fósiles se han encontrado únicamente en Sudamérica, con lo cual, nada argumenta que criaturas similares existieran en África alguna vez. El segundo es que no aparece ninguna evidencia que sugiera que dichas nutrias tuvieran los característicos caninos hiperdesarrollados, como los felinos "dientes de sable" aunque tampoco seria imposible que los hubieran llegado a desarrollar, puesto que otros grupos de mamíferos placentarios y marsupiales, llegaron a desarrollarlos por convergencia (un ejemplo clásico es el marsupial extinto Thylacosmilus) simplemente si lo hicieron o no, es algo que no sabemos de momento.



Otras teorías proponen identidades tan dispares como que se trate de un gran reptil o un dinoterio perteneciente a la familia de los proboscidios con los colmillos curvados hacia abajo. No obstante tampoco sabemos más acerca de la posible existencia real de estos animales, si bien recomendaría precaución y alguna arma no sensible al agua si se decide hacer un viajecito en barca por los ríos y lagos de África Central.

El Tigre de Agua

Como se puede apreciar por el nombre, este críptido esta estrechamente relacionado con nuestro anterior protagonista el Coje Ya Menia o león de agua, pues tiene unas características similares, y un hábitat parecido, principalmente la República Centroafricana, no obstante este críptido presenta diferencias notables también, que merecen cuanto menos un análisis aparte.

Conocido como Dilali (león de agua), Ze-ti-ngu o Ti Gou (pantera de agua), Mamaimé (león de agua) o Ngoroli (elefante de agua). Desde hace siglos, abundan las historias y el folklore nativo en Zimbawe sobre los peligrosos"leones y tigres de agua" fenómeno que como hemos visto se relaciona con diversos nombres, aunque en realidad todos vienen a significar mas o menos lo mismo. La posible relación de estos con un "felino" desconocido. No obstante los nombres quizás hagan más referencia a sus hábitos depredadores, que a otra cosa, si bien es cierto que las descripciones del animal a menudo muestran características felinas.

Nuevamente, la mejor pista sobre la existencia de estos seres y sus descripciones, nos la vuelve a dar el arte rupestre, pues varios animales con estas características, están representados en cuevas de Brackfontein Ridge, Orange Free State. Según dichas representaciones pictóricas, son animales de gran tamaño, con colmillos similares a los de una morsa, pero con una larga cola y de color anaranjado o marrón. Algunos nativos han relacionado los dibujos de una morsa con estos animales. Según parece atacan a personas y son bastante temidos.

Los investigadores más entusiastas, proponen la teoría de una población remanente de "dientes de sable" adaptados a una vida principalmente acuática, como las morsas, teoría que ya habíamos visto para el "león de agua" otros criptozoólogos más cautelosos, opinan que probablemente, este animal no tenga nada que ver con un felino y esté mas relacionado con nutrias (como ya hemos visto) y otros animales similares.

El Mourou N'gou: Un nuevo enigma acuático

Este es otro de los críptidos con características similares a todos los de la zona, pero a su vez tiene unas particularidades, que lo hacen, cuanto menos especial, por tanto merece un capitulo aparte.

El investigador y aventurero Christian Le Noel, en el transcurso de su estancia en África recopiló numerosos informes acerca de esta criatura con ayuda de las tribus locales centroafricanas: Al parcer existe algun tipo de felino desconocido y depredador en los grandes ríos de la zona conocido bajo el nombre de León de Agua o Pantera de Agua, o lo que es lo mismo en la lengua de Sango Nze Ti Gou. Pude recopilar un testimonio que en Bamingui Bangoran había hecho a mujer de un cazador sobre uno de estos animales. Al parecer el animal fue capturado en una trampa por unos pescadores (sin saber exactamente si este hecho fue casual o intencionado) en los años 50, en el río de Bangoran, entre las aldeas de Kaga, Bandoro y Mbrés. Los habitantes de dichas aldeas le dieron muerte y al parecer algún jefe local guardó la cabeza del animal. Me desplacé a la zona con intención de averiguar algo mas y pude contactar con dicho jefe, que sin embargo se negó a facilitarme cualquier tipo de información acerca del tema. Aseguro que la mujer que testifico debía estar equivocada y me invito a irme, incluso rechazando la alta suma de dinero que le ofrecí para que me mostrara la cabeza del animal, si es que aún la conservaban. Al parecer es una actitud común a todos los pobladores de la zona no revelar ningún tipo de información sobre sus secretos al hombre blanco.

Existe otro informe recopilado por Le Noel, donde se relata: En al año 1934 un jefe veterano, de unos 60 años de edad y miembro principal del grupo Morouba, conocido como Moussa, me contó la historia de como uno de sus hombres fue muerto a manos de una "pantera del agua" según pudo presenciar él mismo. El se encontraba con un grupo de soldados y porteadores saliendo del poblado de Crampel para ir a la región de Ndélé, por el sendero que se encuentra entre la unión de los ríos Bamingui y Koukourou, cuando fueron sorprendidos, según él, por un enorme Mourou Ngou que atacó y mató a uno de sus hombres en el acto. Según los testigos el animal se abalanzó sobre él y se lo llevó entre sus fauces hacia el agua. Una vez en el río el animal emergió la cabeza para exhalar, con el hombre aún entre sus colmillos, para luego sumergirse y desaparecer definitivamente. Después de este incidente, el grupo decidió no vadear el río. No obstante este no fue el único testimonio puesto que poco tiempo después otros fueron llegándole: Dos años después del incidente del viejo Moussa, me comunicaron que un Mourou Ngou había atrapado a un hombre de la aldea en el río Gribingui, al cual se llevó sin dejar ni rastro de él.

El guarda de caza de las colonias francesas, Lucien Blancou, también pudo recopilar un testimonio similar sobre este animal, vivido por él y ocurrido en 1930, aparte de otras desapariciones similares de soldados ocurridas en zonas limítrofes: Estaba en el río Mbari en el corazón de Ubangi Shari. Allí maté por primera vez a un hipopótamo, durante el final de una jornada de caza, cuando anocheció antes de poder cargar el cadáver, decidimos volver al día siguiente a por él. Por la mañana, mis porteadores, bastante asustados, confesaron que durante esa noche habían oído los rugidos de un Mourou Ngu que provenían de la zona donde habíamos dejado al hipopótamo. Cuando llegamos, encontramos el cadáver despedazado, en la orilla del río. En principio, pensé que los cocodrilos se habían dado un festín con él. Les pregunte a los hombres si se habrían confundido y ellos me respondieron que no rotundamente, que los cocodrilos no hacen ese sonido que ellos oyeron ni mucho menos y que no dejarían tales marcas en un cadáver, y yo no era nadie para cuestionar la experiencia de unos hombres que se habían criado en la zona teniendo contacto directo con la fauna local.



Características diferenciadoras

Según estos testimonios este animal podría ser igual que los del resto de descripciones en el entramado de leyendas comunes a la zona centroafricana, si bien como ya hemos comentado, tiene unas características peculiares que lo hacen diferente.

Según las descripciones de los testigos, destacan el gran tamaño del animal, a menudo comparado con un caballo. Y en cuanto a su aspecto el viejo Moussa lo describía así: El animal se asemejaba a una pantera o un leopardo, pero de tamaño más grande que un león, sin embargo su piel era manchada y debía medir sobre cuatro metros. El fondo de la piel era comparable al color de un leopardo, pero con rayas. Sus huellas mostraban un extraño círculo en medio del pie.



Otra de las descripciones, lo muestran con un tamaño mucho más moderado, como por ejemplo la de un porteador de Blancou:

Posee una cabeza estrecha, similar a la de un león, un gran cuerpo torpe de color marrón con marcas y la cola de las panteras. Mide unos 2, 50 metros de largo y vive constantemente en el agua. Solamente suele sacar la cabeza y los hombros fuera del agua en especial cuando acecha o ataca y arrastra a sus presas debajo del agua. Vive en los ríos Ouaka y Kotto.

Generalmente las descripciones coinciden, es decir nos muestran a un animal de gran tamaño, superior al del león en muchos casos, con un manto y un color similar al de un leopardo pero con rayas combinadas con manchas, una cola similar a la de las panteras, unas patas fuertes, cortas y unos enormes y afilados caninos similares a puñales curvos. También coinciden en describir el extraño círculo que se marca en las huellas de sus zarpas, quizás algo relacionado con una adaptación acuática. Acostumbra a llevarse a su presa al agua. Varios testigos presenciales de la a criatura, sin conocerse entre sí han hecho dibujos de la misma, con similitudes sorprendentes, dibujando a un ser felino con una cabeza relativamente estrecha, de gran tamaño, y unos enormes caninos, con un pesado cuerpo de color marrón rojizo con rayas o manchas pálidas o bien marrón sólido y una cola como la de un leopardo. De costumbres acuáticas, como hemos dicho, también se destaca su poderoso y sonoro rugido.

Sin duda, de todos los animales similares agrupados bajo la denominación de "tigres y leones de agua" éste es el que presenta características felinas más marcadas, con lo que posiblemente si se trate en efecto de un verdadero felino desconocido hasta ahora, no obstante no podremos afirmar nada hasta que no se obtengan mas testimonios y pruebas en alguna expedición futura. Quién sabe, si aún estamos a tiempo de ver con nuestros propios ojos a estas fantásticas criaturas.

La bestia de Bungoma

Volvamos a los supuestos felinos extraños, eso si menos llamativos que los anteriores, se trata del caso de una criatura que causó matanzas de ganado en Kenya en el distrito de Mayanja, en 1974 alarmando a la población local.

A menudo se lo ha descrito como mayor que un leopardo, con las garras y las patas muy similares a las de un león, la cabeza parecida a la de un tigre y el cuerpo manchado con rosetas similares a las de un leopardo o un jaguar, pero también lo han identificado o descrito como un guepardo gigante. Se los ha descrito como depredadores nocturnos, solitarios aparentemente, y con mucha astucia y habilidad para eludir las trampas y los cebos que se utilizaron para intentar capturarlos. Se produjo algún ataque al hombre pero sin consecuencias mortales.

Los leopardos son bastante raros en esta región y los leones hace bastante tiempo que no habitan en ella, por lo que sigue siendo un misterio la identidad de estas criaturas. Quizás podrían ser algún tipo de variedad o raza de leopardo con un patrón de coloración poco habitual, o algo relacionado con los famosos guepardos reales, o bien una nueva especie de felino emparentada con leopardos o guepardos. No obstante y dados los escasos datos de los que se dispone es difícil pronunciarse al respecto. Si bien según dicen, después en alguna trampa se ha capturado algún leopardo anormalmente grande y agresivo.

El Felino misterioso de Grahamstown; Damasia
Un misteriosos asesino de ganado

Grahamstown, Sudáfrica, 1880. Dos extraños felinos resultan abatidos por los cazadores locales, después de una oleada de ataques a animales y humanos. El color del fondo de su capa era rojizo oscuro, aclarando a anaranjado en los hombros. No presentaban casi rosetones, sino que tenían manchas negras, similares a los de los guepardos separadas, pequeñas, numerosas, que a veces se unían en placas grandes y extensas en diversos lugares, entre otros formando una larga línea negra desde la cruz hasta la cola, su vientre era de color blanquecino con manchas negras y finas rayas, las marcas de su cara eran similares a las de un leopardo. El fenómeno de ataque de estos animales provocó una histeria colectiva y empezaron los rumores sobre estas extrañas criaturas felinas que nadie, al parecer, había visto hasta ahora.

Antecedentes históricos


No obstante, después de investigarse el caso se llegó a la conclusión de que este tipo de ataques y avistamientos, no eran en absoluto, ni algo nuevo, ni un fenómenos aislado. Desde el siglo XVIII que se tenga noticia, en los Aberdares (el mismo lugar donde por cierto al parecer también habita el Marozi) ya se hablaba del Damasia o Ndamathia un extraño felino similar al leopardo, pero con unas marcas en la piel muy diferentes, un pelaje espeso más oscuro y de mayor tamaño que éste ultimo, además las diferencias en su comportamiento también eran evidentes pues este tipo de animales hacían vida en las montañas y se movían generalmente en parejas. En los años 20, el famoso cazador ya mencionado G. Hamilton-Snowball logro abatir a un extrañísimo felino, que en su forma parecía un leopardo pero que aparentemente visto de cerca, no tenía nada que ver, pues era de un tamaño realmente grande, más, según relató Hamilton, que cualquier leopardo que el haya podido abatir o ver alguna vez. Su coloración era rojiza y muy oscura, y su pelaje era muy espeso, nada similar al corto y duro pelaje del leopardo africano y por supuesto, las marcas que poseía en el pelaje eran totalmente distintas de leopardos o guepardos.

Cuando la población local de la zona donde se encontraba Hamilton vieron el cuerpo del animal abatido enseguida lo identificaron, ellos conocían a esa criatura como Damasia, un animal al parecer distinto del león, del guepardo y del leopardo, o al menos así lo referían ellos.

Dudas sobre su identidad

En un principio, la teoría mas valorada fue que se trataba de algún híbrido felino, de leopardo con algún otro tipo de gran gato. No obstante, a día de hoy la teoría mas aceptada es que se trataran de leopardos mutados, es decir leopardos pseudomelanísticos o pseudomelánicos, con un tipo de exceso de pigmentación parcial que provoca grandes manchas o placas de color negro en el cuerpo, lo que vendría a ser un intermedio entre el leopardo melánico (conocido popularmente como pantera negra) y la variedad de coloración normal, de fondo amarillento y rosetones negros. Fenómeno que ya ha sido identificado correctamente en otros felinos similares como el guepardo (guepardo real) y el jaguar, se sabe que ocurre a ciencia cierta.

Sin embargo, esta alteración o mutación genética del manto, no explica satisfactoriamente ni el tamaño desmesurado de estos animales para ser leopardos, ni su pelaje espeso (que el leopardo normal no posee) ni su coloración oscura distinta a la normal. Otra posible explicación, es que en la zona habite algún tipo de subespecie de leopardo desconocida para el hombre hasta entonces, y similar a las que habitan en otros lugares como el leopardo de Amur (Pantera pardus orientalis) el leopardo de Anatolia (Pantera pardus tulliana) o el leopardo del Norte de China (Pantera pardus japonensis) que se caracterizan por su mayor tamaño y su pelaje más oscuro y de mayor espesor. También es cierto que se han abatido ejemplares de leopardos con la piel de color rojizo, que habitualmente se llaman leopardos erithísticos, pero son muy raros. Por último, decir que, también podría ser alguna nueva especie de felino desconocida, quizás, similar en aspecto y características al leopardo de las nieves (Uncia uncia o Pantera uncia) adaptada al clima montañoso.

El Kibambangwe

Si bien todos los animales analizados hasta ahora son extraños y tenemos muy pocos datos e información de ellos, en el caso del Kibambangwe la falta de información hace prácticamente imposible elaborar un perfil de la criatura, pues apenas existen ni siquiera testimonios sobre él. Lo poco que sabemos es lo que algunas personas de condado de Bufumbira han relatado. Historias sobre el "snatcher" (el que arranca o descuartiza) un felino depredador de grandes dimensiones. Irónicamente, este apodo en bantú, también se le da a la hiena.

Sus descripciones son muy vagas e inexactas, las únicas conclusiones que podemos sacar es que se trata de un felino aparentemente distinto a otros ya conocidos, con un pelaje compuesto de marcas (no serian exactamente ni rayas, ni manchas) de color negro sobre fondo más claro y unas orejas muy cortas. Según las historias que se cuentan en la zona de Bufumbira, una pareja de Kibambangwes vivían en cuevas de origen volcánico en las montañas, de las cuales descendían periódicamente a capturar sus presas en los poblados, tanto humanas como animales sembrando el terror a su paso y devastando el ganado local. Se sabe que los indígenas fueron a agruparse y organizarse pata intentar darles muerte a estos enigmáticos animales, aunque no se llegó a saber si lo lograron realmente o no. Es todo lo que podemos decir de estas extrañas criaturas... si existen o han llegado a existir alguna vez, o en caso de que hayan existido... si continúan vivos y al acecho... es algo que no sabemos

El Uruturangwe

Para finalizar, nos centraremos en el críptido felino, quizás de aspecto más extraño de cuantos aparentemente moran en África. Quizás incluso este relacionado de algún modo con nuestro anterior protagonista.

En los montes Muhavura y Sabinio, en Ruanda, África, a menudo se cuentan historias del Uruturangwe una criatura aparentemente similar al leopardo y más o menos del mismo tamaño, pero con el pelaje similar al de las hienas. Al parecer mata a sus víctimas humanas por asfixia, un método también usado por los leopardos, tiene una cola larga y garras retráctiles. Su manto vendría a ser de pelo semilargo, espeso y duro, como el de las hienas, y de color marronáceo con marcas más oscuras en la piel, sin llegar a ser negras. En una ocasión se abatió un ejemplar y pudo conservarse la piel, aún así hoy en día se desconoce su paradero y no se pudieron realizar ningún tipo de análisis. También fue objeto de estudio un cráneo atribuido a este animal, no obstante algunos expertos lo identificaron con el de una hiena de tamaño anormalmente grande.



En cuanto a la verdadera identidad del animal, se sospecha que se trate de leopardos pseudomelánicos, como el caso del Kibambangwe, no obstante y como siempre, es una teoría ciertamente inconclusa, puesto que no explica algunos rasgos propios de estas criaturas. Al parecer caza en grupos de 3 o 4 individuos y posee una característica y estridente llamada. Esto sugiere que su identidad real pudiera ser una hiena, aunque los habitantes de la región lo temen de una manera que no temen a las hienas, además según ellos es un animal distinto. Este críptido podría estar relacionado también con el Ndalawo. ¿Un verdadero felino? ¿Una nueva especie? ¿Una confusión? Algún día, quizás lo averigüemos.

Pseudocríptidos felinos en África: Variedades de color, subespecies, felinos fuera de lugar de origen...
No me gustaría finalizar sin antes mencionar a otras criaturas felinas que quizás aún no siendo auténticos críptidos, han despertado interés de todo tipo de científicos y criptozoólogos, algunos son casos resueltos para la zoología y muy conocidos, otros aún permanecen en el terreno de lo misterioso... de momento.

El guepardo real

Numerosas leyendas relataban los indígenas de Zimbawe sobre el nsui-fisi (leopardo-hiena) un extraño felino similar al guepardo pero con rayas negras sobre un fondo claro y pelaje espeso. Atacaba por las noches los cercados de ganado, hasta que un ejemplar fue abatido en 1926. Después de numerosos análisis exhaustivos, se llegó a la conclusión de que el animal era simplemente una bella variante de guepardo, una variedad genética recesiva de su coloración habitual, conocida como pseudomelanismo. Fue bautizado como Guepardo real (Acinonyx rex) del cual más tarde se ha comprobado como han nacido ejemplares con esta curiosa librea de padres absolutamente normales. Este caso es famoso por ser uno de los éxitos de la criptozoología.



Leones fuera de lugar: Leones malgaches

Curiosos avistamientos esporádicos de animales de aspecto felino muy similar a los leones se vienen dando con cierta frecuencia en Madagascar desde principios de siglo XX. Muchas explicaciones se han dado a dicho fenómeno, algunos creen que podría existir una verdadera población remanente de leones comunes africanos que quedaron en la isla tras su escisión del continente. Otros proponen que quizás son una nueva subespecie de león adaptada a las islas. Es posible que leones comunes se hayan llevado desde África (quizás de cachorros como mascotas) y hayan formado una población salvaje a partir de los ejemplares introducidos artificialmente. En Madagascar, el papel del felino depredador es ocupado por la fossa (Cryptoprocta ferox) un vivérrido que se asemeja al yaguarundí americano. Sin embargo, en 1939, había informes en la isla sobre leones gigantes, muy feroces y agresivos que vivieron en cuevas. Esto ultimo reforzaría la teoría de la subespecie propia de la isla. No obstante no se tienen datos suficientes acerca de esto, ni se tendrán, hasta que no se realicen algún tipo de investigaciones in situ.

Leones blancos de Timbavati: Entre la leyenda y la realidad

Relatos acerca de leones de color blanco han sido contados en África hace varios siglos, pero siempre fueron tachados de supersticiones absurdas. Han formado parte de folklore africano desde épocas prehistóricas y según la leyenda los leones blancos eran hijos del dios del sol, enviados a la tierra como regalos. Los primeros avistamientos autentificados fueron en 1928. El primer león blanco que avistaba un europeo fue en la región africana de Timbavati, a principios de los años 40, por un explorador y cazador llamado Joyce Mostert, cuya familia llevaba tiempo viendo huellas de león en la zona. En Marzo de 1959, doce leones con 2 cachorros, todos ellos blancos fueron vistos cerca de Tshokwane en el parque de Kruger; aunque desafortunadamente nunca los volvieron a ver. Ya se habían dado casos de leones con coloraciones más pálidas o grisáceas pero nunca antes se había confirmado la existencia real de leones completamente blancos. No se capturó ningún león verdaderamente blanco hasta 1975 cuando en una trampa se encontraron dos cachorros blancos en la reserva de caza de Timbavati, adyacente al parque nacional de Kruger. Los cachorros blancos fueron descubiertos por el investigador Chris McBride. Su historia se documenta en el libro “los leones blancos de Timbavati”. Dichos animales, en especial de cachorros, no suelen ser muy comunes en libertad y no suelen sobrevivir demasiado, especialmente los machos, pues son demasiado llamativos y visibles tanto para las presas como para otros depredadores y otros leones competidores. Desde la captura de esos dos cachorros se han sucedido mas nacimientos de estos animales descendientes de leones de Timbavati en cautividad y hoy en día hay mas de 200 en todo tipo de zoos, reservas e incluso circos, criándose relativamente bien en cautividad.

Pero esto no es un caso aislado, se han dado nacimientos de leones con esta extraña mutación en Kruger y Umfolozi, y en las zonas de la Republica Centroafricana, existen numerosos relatos y testimonios sobre unos extraños y agresivos leones de color blanco recopilados por el investigador Pablo Villarubia.



¿Por qué se dan estos leones blancos?

Los leones blancos no son albinos, es decir sin pigmentación, pero son leucisticos. Tienen pigmentación visible en los ojos, las almohadillas y los labios. Sus ojos son generalmente color avellana normal o dorados aunque algunos tienen ojos azules, azul-verdes o grisáceo-verdes. Al nacer, los cachorros son blancos puros(descritos asemejándose a cachorros de oso polar) y éste blanco se oscurece gradualmente para llegar a un color crema pálido (conocido como rubio). El penacho de la melena y de la cola sigue siendo de una tonalidad más pálida. La piel consigue su color porque las células se ayudan de la proteína tyrosinasa para fabricar la melanina. Un defecto genético en la tyrosinasa conduce al albinismo porque la melanina no puede ser fabricada. No obstante Según Roy Robinson, el genetista felino más prestigioso, los leones blancos no son albinos, poseen la mutación chinchilla o acromelanismo. La mutación chinchilla se creyó una forma de albinismo aunque resultó más adelante ser un gen referido como un inhibidor. Inhibe la producción del pigmento negro en el folículo del pelo.



Otras variedades de color han sido descritas en los leones como leones negros o pseudomelánicos, también se han observado leones de color oscuro, gris, chocolate o rojizo. Incluso hay relatos que afirman la existencia de leones de color pardo-verdoso.

Leones de Tsavo: Los demonios de la noche




¿Quién no conoce a día de hoy a Ghost y Darkness los famosos leones devoradores de hombres de Tsavo? A principios del siglo XIX ya se hablaba de los extraños leones de África Oriental unos enormes animales, con una extraña predilección por la carne humana y cuyos machos se encontraban desprovistos de melena. Pero esta leyenda se hizo realidad en el año 1898 cuando entraron en acción los devoradores, los primeros, pero no los únicos de una larga e histórica sucesión de ataques a seres humanos que continúan hoy en día. Ya de por sí Tsavo contaba con una leyenda negra pues la misma palabra Tsavo, significa "lugar de matanza" las travesías de esclavos ya eran atacadas por los leones en esta zona de muerte y devastación. Pero, solo son leones... ¿O no? ¿Que tienen estos animales que los hacen tan "especiales"?


El misterio de los fantasmas de Tsavo

En primer lugar destacaremos su monstruoso tamaño: Tomaremos como ejemplo a ambos devoradores de hombres pues uno de ellos legó a superar los tres metros de longitud, lo cual para un león macho "normal" es francamente unas dimensiones extraordinarias, además son mucho más corpulentos que un león normal del serengueti por ejemplo. En segundo lugar, los machos participan tan activamente o más que las hembras en la caza, sus presas habituales suelen ser entre otras los búfalos africanos. En tercer lugar, los machos poseen una escasa melena, generalmente en forma de unas ralas patillas o incluso sin ningún rastro de melena, cosa que obviamente no es normal en la especie. Y en cuarto lugar, al parecer tienen un curioso y ancestral gusto por depredar sobre la especie humana y unos sistemas de caza realmente complejos y elaborados, demostrando una gran inteligencia y astucia por su parte. Tantas son las diferencias, que estos últimos años, numerosos expertos en genética felina intentan estudiar la de alguno de estos leones, llegando en algunos casos a la conclusión de que son los leones más primitivos que encontramos actualmente y estarían muy emparentados con los extintos leones gigantes que antaño poblaban Norte América y Europa, por lo que algunos zoólogos opinan que deberían estar catalogados como una subespecie distinta. Además las impracticables condiciones y el clima extremo que encontramos en Tsavo ha convertido a estos animales en perfectas maquinas de supervivencia al limite, haciéndolos sumamente inteligentes, fuertes, resistentes al dolor (soportando heridas que harían morir a cualquier otro león en cuestión de días) y al clima, así como al ayuno, agresivos, furtivos y sobre todo muy combativos. No se sabe a ciencia cierta aún, el motivo de su gigantesco tamaño, o el motivo de la ausencia de melena en los machos, ni tan siquiera a qué se debe su predilección por los humanos (que se cree que podría ser un comportamiento aprendido y fijado durante generaciones en la zona, resultando una especie de "cultura de leones devoradores de hombres") lo que si se sabe es que lejos de ser animales de leyenda, son en si mismos un autentico misterio zoológico aún conociendo sobradamente su existencia.



El enigma continúa

Como hemos podido ver, numerosos felinos podrían aun permanecer ocultos a las clasificaciones científicas convencionales, y esto solamente en el continente Africano, algunos permanecen de momento casi en el más absoluto anonimato, otros famosos, por desgracia no han vuelto a avistarse, algunos de ellos quizás sean los últimos representantes de un legendario género extinto y otros, aún siendo mas o menos conocidos, realmente parecen leyendas vivientes, más que animales reales. Seguramente lleguemos a descifrar alguno de estos misterios, solamente esperemos que los animales no se vean perjudicados en el camino. Por suerte mientras haya extensiones de terreno inexploradas en zonas de selvas y montañas, estos depredadores desconocidos continuaran sembrando su particular reinado del terror entre las tribus indígenas del Continente Negro.

Espero que os hayan parecido interesantes estos relatos y teorías, un saludo a todos compañeros.

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