jueves, 13 de junio de 2013

El Yeti

El yeti es un ser bípedo conocido en toda la cordillera del Himalaya. En el Tíbet recibe el nombre de metoh kangmi. Camina ligeramente inclinado hacia delante. Tiene todo el cuerpo cubierto de pelo lacio y fuerte, salvo la cara, de piel blanca o rojiza; el pelaje es más corto en el pecho y por debajo de las rodillas. La cabeza es ovalada y puntiaguda y está adornada con una cresta de pelo. Tiene la frente pronunciada, los ojos hundidos y las mandíbulas muy fuertes. El cuello y la espalda son anchos y musculosos. Los brazos llegan hasta las rodillas y las piernas son fuertes y arqueadas. Los pies, anchos, están cubiertos de pelo. Desprende un olor característico, fuerte y nauseabundo. Tiene costumbres nocturnas y rehuye al hombre. Su aullido se parece al graznido de la gaviota.

De acuerdo con los rastros de huellas que se han observado y fotografiado en varias ocasiones, el dedo gordo del pie, que se separa ligeramente hacia un lado, queda hacia el interior, lo que significa que el yeti es un primate, y no un oso como se ha propuesto en ocasiones, puesto que en éste, el dedo más grueso es el quinto. A veces el segundo dedo es también bastante grueso, y los restantes son muy pequeños.
Su comportamiento es también típico de un primate: enseña los dientes como forma de intimidación, se rasca nerviosamente, destruye cosas con violencia y manifiesta su cólera saltando rítmicamente en el sitio y arrancando manojos de hierba.
De las observaciones directas se deduce que es un animal omnívoro: se le ha visto devorar pequeños mamíferos, líquenes, frutas y bayas, e incluso chocolate y galletas robados a los alpinistas.
El análisis de los excrementos que se han encontrado junto a los rastros confirma estas observaciones: contienen materia vegetal, huesos de pequeños mamíferos y aves, y restos de grandes insectos. Además, se han descubierto en esos excrementos tres nuevas especies de parásitos intestinales, lo que sugiere que su huésped es una especie desconocida.

Abominable Hombre de las Nieves

Abominable hombre de las nieves es un nombre 

muy poco apropiado para el yeti: no es abominable, sino más bien tímido; habita en los espesos bosques de rododendros del Himalaya, y sólo ocasionalmente atraviesa las laderas y los valles nevados (parece ser que para alimentarse de un musgo salino que crece en las rocas de las morrenas glaciares); y probablemente no sea un hombre.
El zoólogo Bernard Heuvelmans lo ha bautizado con el nombre de Dinanthropoides nivalis.

Existen al menos dos tipos de yeti, que pueden ser especies diferentes, razas geográficas o individuos de distinta edad o sexo de una misma especie. Además, entre las centenas de testimonios sobre seres bípedos de la región, algunos, como el mi gö tibetano, corresponden a verdaderos hombres salvajes, que tienen un área de distribución mucho más amplia, puesto que se extienden por las zonas montañosas de toda Asia.


Supuesta foto del Yeti tomada               en Nepal, medía 2 metros y pesaba 150 kg
El gran yeti, llamado dzu-teh (chuti) por los sherpas, mide entre 2 y 2,75 metros de altura. Tiene las cejas prominentes. Su pelaje está formado por dos capas: una interna, espesa, de pelo corto rojizo, y otra más suelta, formada por largos pelos grisáceos, pardos o negros. El ADN de una muestra de largos pelos negros recogida en Bután han sido analizada en 2001 en el Instituto de Medicina Molecular de la Universidad de Oxford, con el resultado de que no se ha podido identificar el animal del que procede. Sus huellas miden más de 30 centímetros.

La curiosa forma de sus huellas, parece que tiene el segundo y tercer dedos unidos demuestra que no pertenece a ninguna especie conocida u oso gigante.


Tiene una fuerza descomunal: Existe un testimonio de una pastora que fue atacada y arrojada a un torrente por un gran yeti, que posteriormente rompió la nuca de un yak, le abrió el vientre y devoró el hígado (exactamente igual que los sasquatch de Norteamérica hacen con los ciervos). Vive entre los 3000 y los 4000 metros en el Tíbet y el norte de Nepal, Sikkim y Bután (aunque posiblemente sea el mismo primate gigante que, con distintos nombres, es conocido en el sur de China y por todo el sudeste asiático). Al parecer, dos lamaserías del Tíbet conservan ejemplares momificados de este animal. Probablemente está emparentado con Gigantopithecus, un enorme simio antropoide terrestre de más de 2 metros de altura (conocido sólo por sus dientes y algunos fragmentos de mandíbula descubiertos en la India, Vietnam y China), desaparecido en el pleistoceno medio, hace unos 400.000 años.
Si quieres más información sobre este críptido entra en la sección    "Documentales sobre críptidos" de nuestro Blog.



Supuesto fragmento de cráneo del Yeti, es una reliquia que lleva siglos en un templo de Nepal.


Esto es todo amigos, pronto más. Saludos.

martes, 11 de junio de 2013

El Nahuelito

Nahuelito es una supuesta criatura acuática desconocida que según la creencia popular vive en el lago Nahuel Huapi en la Patagonia Argentina.
Al igual que Nessie, su equivalente escocés, recibe su nombre del cuerpo lacustre que supuestamente habita, aunque su existencia nunca ha sido confirmada, a pesar de las búsquedas sistemáticas realizadas. La leyenda es muy conocida en el país y es una referencia en libros y artículos clásicos sobre criptozoología.
Lago Nahuel Huapi, con 557 km2 de superficie.










Relatos:
El término del que provienen los nombres del parque nacional Nahuel Huapi, del lago Nahuel Huapi y a la supuesta criatura, viene del mapudungún nahuel, que significa yaguareté. Sin embargo, la palabra fue traducida por los españoles recién llegados al Nuevo Mundo como «tigre», que confundieron a ambos animales por características que poseen en común.
El origen de la leyenda actual se cree que remonta a relatos indígenas previos al periodo de la conquista de América. Los primeros exploradores obtuvieron de los nativos del lugar leyendasacerca de encuentros ocasionales con monstruos acuáticos.
Entre los pobladores de la región de Nahuel Huapi es frecuente el rumor de la existencia de un monstruo al cual suelen llamar el sueiro, del que hablan que: «sale de los lagos de noche, posee el cuerpo del tamaño de una vaca y deja huellas como las de un pato gigante». También dicen que el tal supuesto monstruo es carnívoro, alimentándose muchas veces de las vacas. Aunque tales rumores más parecen una elaboración criolla del mito mapuche referido a "el cuero".
El primer posible avistamiento registrado data de 1910 protagonizado por George Garret, quien lo hizo público mucho tiempo después. Garret trabajaba en una compañía ubicada cerca del Nahuel Huapi, que luego de navegar por el lago y a punto de desembarcar, pudo avistar a unos 400 m de distancia una criatura cuya parte visible medía entre 5 y 7 m de largo y sobresalía unos dos metros por encima del agua. Al comentar su experiencia con gente del lugar se entera de historias similares relatadas por los indígenas.
Este acontecimiento se hace público en 1922, cuando lo cuenta al diario Toronto Globe. En esos días se organizaba la primera expedición para buscar a Nahuelito y la controversia estaba en su punto máximo, llegando a la prensa internacional. Ya entonces la descripción del supuesto animal era muy semejante a la de un plesiosaurio.
Tiempo atrás, a partir de 1897, el Dr. Clemente Onelli, director del zoológico de Buenos Aires, comienza a recibir informes esporádicos acerca de una posible extraña criatura habitante de los lagos patagónicos.
En 1922 el Dr. Onelli recibe el testimonio de Martin Sheffield, un buscador de oro norteamericano, acerca de un supuesto rastro de grandes huellas en la orilla y un enorme animal desconocido en el centro del lago Nahuel Huapi. Convencido por el informe de Sheffield, Onelli decide organizar una expedición de búsqueda. Fue liderada por José Chiagi, superintendente del zoológico, y cazadores armados con rifles para cazar elefantes y dinamita para minar el lago.
La gente reaccionó negativamente ante la participación de cazadores, y el Dr. Albarracín, Presidente de la Asociación Protectora de Animales, le solicitó al Ministro del Interior que revocara la autorización para la búsqueda ya que las leyes prohibían la caza de animales exóticos. Finalmente se resolvió el tema del permiso y la expedición siguió adelante, pero regresó sin resultados positivos. La historia tuvo repercusión internacional, llegando a ser comentada en publicaciones como la revista Scientific American.

En 1960 se dice que la Armada Argentina persiguió en el lago un objeto submarino no identificado durante 18 días, sin conseguir identificarlo, lo cual algunos relacionaron con esta supuesta criatura.
El crecimiento como destino turístico de la ciudad de Bariloche, situada a orillas del Nahuel Huapi, aumentó los supuestos avistamientos ocasionales, al igual que lo que sucede en el lago Ness; pero nunca se ha obtenido un registro gráfico concluyente.
En 1988 se publicaron fotos del Nahuelito en un diario local. Estas fueron tomadas a corta distancia con una cámara no digital, en las que el objeto se encontraba cerca de la costa de Bariloche. "No es un tronco de formas caprichosas. No es una ola. El Nahuelito mostró la cara.", dijo un hombre, que no reveló su nombre, en una misiva que dejó junto a las fotos.

Teorías a favor de su existencia:
Se han propuesto diversas teorías para explicar el mito, pero hasta el momento ninguna ha recibido un análisis serio que las valide. Estas teorías serían las siguientes:
  • Es llamativo, sin embargo, que la mayoría (aunque no todos) de los avistamientos "post Nessie" describen al Nahuelito de forma parecida: una longitud de aproximadamente 10-15 metros, dos jorobas, piel de cuero y, en ocasiones, un cuello en forma de cisne. Esta caracterización según los partidarios de la existencia de la supuesta criatura coincidiría con las descripciones que hicieron los Mapuches, unos doscientos años atrás.Animal prehistórico: es la hipótesis más popular, la cual dice que Nahuelito sería un sobreviviente de la época de los dinosaurios, probablemente un plesiosaurio. Otros apoyan la teoría de un ictiosaurio, basándose en la abundancia de fósiles de este animal encontrados en la región. Sin embargo, los lagos patagónicos se formaron en una época geológica posterior a la extinción de los dinosaurios, lo que refutaría la hipótesis. También se ha sugerido que podría tratarse de un milodón, un mamífero terrestre extinto hace pocos milenios, que aunque podría coincidir con algunas descripciones, no tenía hábitos acuáticos.
  • Una mutación: una versión más moderna (y más fantástica) sugiere que Nahuelito sería una extraña mutación de algún animal local producida por los experimentos nucleares que se vienen realizando ininterrumpidamente desde hace 60 años.
  • Un Submarino: tal vez la última teoría en llegar al público sea la que atribuye las apariciones a un pequeño submarino de origen desconocido, la que muchos interpretan como una variación cultural moderna del mito del monstruo acuático. Pero esta última teoría tampoco ha sido demostrada.

Teorías en contra de su existencia:

  • Los relatos indígenas difícilmente se pueden citar como argumento, ya que los nativos tenían leyendas sobre la existencia de monstruos acuáticos en prácticamente todos los lagos y ríos de la Patagonia. El antecedente directo de Nahuelito sería la leyenda del “cuero”, monstruo sin cabeza ni patas que supuestamente habitaba también en el lago. Así, el ser de esta leyenda Mapuche no tendría realmente la apariencia que se le asocia al Nahuelito.

Foto tomada en 2006 ,el mítico Nahuelito


Esto es todo por hoy compañeros, gracias por sus visitas! Un Saludo.

domingo, 9 de junio de 2013

El Thylacine

Hola compañeros hoy vamos a hablar del Thylacine, críptido emblemático por su reciente extinción.
El Thylacine (Thylacinus cynocephalus)Pertenece a la familia de los marsupiales, algunos podrían imaginarse al thylacine como una especie de canguro, pero nada mas lejos de la verdad. El thylacine se pasea entre el reino de los felinos y el de los grandes canes si lo observamos a simple vista, pero una pequeña bolsa bajo el vientre donde transporta a sus crías desestima enseguida esta idea.

Tenían el tamaño de un perro de grandes dimensiones, 2.90m de la punta de la cola al hocico y un peso que podía rondar entre los 15 y los 35 kilos. Poseía una coloración marrón muy suave, pero con unas curiosas rayas encima de sus cuartos traseros, rayas que podrían variar entre un total de 13 y 21. Se distribuían por la cola y los muslos de las patas traseras. Su vientre de un color cremoso y su cola sin pelo no eran propias de un “perro normal”, si me permiten decirlo así. La cola parecía una extensión del cuerpo, bastante similar a la de un canguro pero de menor tamaño. Sin embargo una de sus características más curiosas era un pedazo de piel entre la plantilla y el tobillo del pie. Este último carácter aparecía en las huellas que dejaba cuando se paraba con sus tobillos sobre el piso a la manera de los canguros.
La desaparición del thylacine está relacionada directamente con los colonizadores australianos, quienes trajeron consigo animales de corral como ovejas y gallinas que se convirtieron en presa fácil para estos marsupiales, y los mismos a su vez para los granjeros eventualmente convertidos en cazadores. Esa caza indiscriminada que incluso el gobierno apoyó pagando por las piezas capturadas, logró que en 1935 ya no quedaran thylacines en libertad, muriendo el último de los ejemplares censados, en el Hobart Zoo en el año 1936.Sin embargo, pese a que esta oficialmente extinto, el Thylacine parece resistirse a desaparecer.

Desde que en 1918 fuera visto el último ejemplar en libertad, se han recogido cientos de testimonios que afirman haber visto a este marsupial en remotas regiones de la isla continente. Un ejemplo de lo fiables que pueden ser esos avistameintos lo encontramos en el obtenido en 1982, de la mano de Hans Naarding, funcionario del departamento de Fauna y Vida salvaje de Tasmania, de ahí su valor testimonial.Un día caluroso de verano, Hans detuvo su vehículo y se dejo dormir unas horas hasta que se hizo de noche. Alrededor de las dos de la madrugada, despertó y como solía hacer siempre a esas horas, encendió un potente foco de luz para observar a los animales que se movían en la oscuridad. Jamás pensó que sus ojos verían algo tan sorprendente. Ante sus ojos un Thylacine, que él, dados sus conocimientos reconoció perfectamente, se paseo ante los haces de luz de los faros de su vehículo, en lo que fue el minutos más largo de su vida.


Proyecto de Clonación


En 2002 se inicio un ambicioso proyecto de clonación del tigre de Tasmania gracias al descubrimiento de un feto de este animal que había permanecido oculto en los almacenes del Museo de Ciencias Naturales de Australia. Gracias a que el animal había sido conservado en alcohol y no el típico formol, el ADN del animal se ha conservado con buena calidad. El proyecto iniciado en 2002 no dio los frutos esperados, pero el anuncio a mediados del año 2005 en el que se retomaban las investigaciones con ayuda de un grupo de científicos estadounidenses permite seguir soñando con la recuperación de una especie que nunca debió de desaparecer por designios del ser humano.


Gracias a todos. 
Fuente: Esencia21 blog

Popular Posts